Al compartir su experiencia en la cuenca del Lago de Pátzcuaro, en el ejido de Opopeo, especialistas en la conservación del suelo y el agua advirtieron del riesgo que implica para la región la pérdida de toneladas de suelo ante la falta de un plan rector para el manejo de los recursos naturales.
“Se nos olvida que el suelo es un ente vivo y que tiene propiedades que hemos alterado grave y indebidamente”, expuso Jaime Valadez, de la Red InnovAC al hablar sobre el proyecto de conservación del suelo y agua (CONSA) durante el encuentro regional del programa Agrosano, que se realizó en la plaza principal de Indaparapeo.
El planteamiento del problema lo expuso el ponente en una sola pregunta dirigida a los productores: si su señora les pide tierra para macetas de dónde la llevan ¿del monte o de la tierra que cultivan?
A la parcela le exigimos año con año y el exceso de fertilizantes químicos, la preparación del terreno y la quema del rastrojo, -dijo- aceleran la degradación de los suelos, aunado a la precipitación de la lluvia que provoca se azolven las partes bajas.
Alertó sobre la llegada de empresas que producen frutillas, pues explotan los recursos de las tierras que rentan los productores y que deslumbran a los gobiernos locales con la contratación de mano de obra, sin que la autoridad advierta la degradación y la falta de un plan rector para el manejo de los recursos naturales.
Llamó a los productores a respetar la vocación de cada suelo, previo análisis para lograr una mayor rentabilidad y un mejor aprovechamiento de los recursos, “urge que el productor sea partícipe y se sensibilice de las condiciones en que están siendo degradados los suelos”.
Recordó que Indaparapeo es pionero en agricultura de conservación, con el productor Ricardo Vega, pues está más que comprobado que no retirar el rastrojo ni quemándolo hay una mayor infiltración de agua y se mantiene el CO2 en el suelo, lo que además contribuye a disminuir los costos de producción.
Jaime Valadez fue enfático al señalar que un centímetro de suelo tarda de 100 a mil años para formarse, de ahí que se dirigió a los estudiantes del CBTA de Indaparapeo, ahí presentes, pues entre los desafíos que ya enfrentan los productores está el cambio climático, el incremento de los insumos agrícolas y la necesidad de retomar prácticas sustentables y amigables con el medio ambiente para producir sano y a bajos costos.
En su oportunidad Nora Vázquez Villanueva, directora de Agricultura en Michoacán, informó que el programa Agrosano tiene como objetivo inicial desarrollar prácticas agroecológicas en al menos 500 hectáreas por cada municipio, donde ha sido asignado un técnico por parte de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
En una primera etapa se capacita a los productores en la producción de bioinsumos y en una segunda fase se procede a la mineralización de los suelos.