El día de muertos es una fecha importante para en México. En Michoacán, en particular, es una celebración en la que se muestra parte de la concepción de la muerte en la cosmovisión de las culturas originarias. La flor de cempasúchil es un elemento importante en la configuración de los altares y en el estado se siembra en diversas comunidades.
Como muchos productos agrícolas, las flores que adornan los altares en la ciudad de Morelia tienen su origen en las comunidades indígenas y rurales
Son los últimos días de octubre y las parcelas de la comunidad de El Colegio, perteneciente al municipio de Tarímbaro, se encuentran tapizadas de los diversos colores que las flores de cempasúchil, pero también las flores rojas y las nubecitas, en contraste con la luz solar, ofrecen a la vista. Diversos agricultores de la comunidad se encuentran en espera de la cosecha para poder comercializar sus flores.
En El Colegio se siembra cempasúchil y flores para el día de muertos aproximadamente desde hace cincuenta años, aunque el primer lugar en el que se comenzó la tradición fue el vecino municipio de Copándaro de Galeana.
Don Julio Vázquez Cortés, de setenta y nueve años y originario de El Colegio, se ha dedicado desde muy pequeño a las labores de la agricultura. Comenta que a los ocho años fue a ver al dueño de la Hacienda de Torreón Nuevo para que lo empleara y, aunque al principio no le quería dar trabajo, terminó arando y surcando las tierras de la hacienda con lo que pudo ayudar a sus padres en el gasto familiar.
Su vida ha girado en torno a las labores de la agricultura y aunque actualmente se encuentra lastimado de la espalda, ello no ha sido impedimento para que don Julio siga trabajando su tierrita. En México, el campo se encuentra en un proceso acelerado de envejecimiento y abandono porque, por un lado, los campesinos posesionarios de los terrenos comunales y ejidales son personas de edad avanzada y, por otro, los jóvenes se encuentran entre la disyuntiva de quedarse en la comunidad, aunque ello significa no tener acceso a tierras, o irse de la comunidad a buscar trabajo en otros lugares.
Por ello, la práctica de la mediería, aunque se ha practicado desde hace mucho tiempo entre quienes poseen y quienes no poseen tierra, se ha intensificado pues muchos campesinos ya no pueden trabajar la tierra por lo que generaciones jóvenes trabajan la tierra a través de la mediería. Para otros, la migración hacia las ciudades, Estados Unidos o el trabajo como jornaleros o peones en otras comunidades es la solución a la falta de opciones laborales.
Este año, don Julio “se fue a tercias” con un productor más joven que no posee tierras. De lo sembrado, a don Julio le tocan tres surcos de cempasúchil, dos de flor roja y uno de flor de nube.
“De aquí le di carrera a mis hijas”, afirma, orgulloso, don Julio mientras deshierba un surco con un azadón.
Antes pues tenía más necesidad, Dios me dio siete hijas y las siete mujeres y gracias a Dios de ahí de mi trabajo este pus hora sí que será muy humilde y todo, pero muy honesto porque a nadie le robé absolutamente nada y las mandé a la escuela y gracias a Dios les di una carrera, aunque haya sido técnica pero estudiaron…
De su larga experiencia, don Julio comenta que ha sembrado maíz, frijol, calabaza, garbanzo, chícharos, tomate, jitomate, cebolla, coliflor, repollo y alfalfa además de haber sido gestor, con algunos otros campesinos, de diversas necesidades de su comunidad ante las autoridades municipales y estatales como el sistema de riego y la cancha de básquet bol en la que ahora juegan niños y jóvenes.
Cuando llega la temporada, cada año don Julio siembra cempasúchil que luego comercializa ahí mismo en su parcela o sobre pedido en la ciudad de Morelia. Una de las necesidades más importantes para los productores de El Colegio es la creación de un mercado que es permita comercializar sus productos, no solamente la flor, a un precio justo.
Según don Julio, el ramo de flor de cempasúchil se puede vender entre cuarenta, cincuenta o hasta ochenta pesos dependiendo de cómo se encuentre la flor. El día de muertos es una oportunidad para completar el ingreso familiar de las y los productores.
Comenta que la flor roja se siembra del 18 al 20 de junio, mientras que el cempasúchil se siembra el 25 de julio y la flor de nube el 25 de agosto de manera que las tres se cosechan uno o dos días antes del día de muertos.