El martes de Carnaval en Charo, los toritos parten de las capillas en sus respetivos barrios rumbo a la plaza principal, en el camino se les unen los toritos pequeños, que representan a escuelas de los diferentes niveles existentes en Charo, bailando al son de la música llegan al ruedo que se instala en la calle entre la alcaldía y la plaza principal, donde se instalan tribunas para que la gente pueda presenciar la presentación de los toritos escolares y posteriormente los toritos tradicionales, así, las y los charenses dan rienda suelta a la algarabía y el desenfreno, para dar paso a la Semana Santa, donde debe prevalecer la abstinencia a los placeres carnales.
Abraham Corona representa a El Tucán del barrio San Juan, destaca que el Carnaval 2023 empieza con ese recorrido e invita a la gente a que acompañe a los toritos en el desfile oficial, “hay mucha algarabía y la gente baila con 5 bandas musicales aventando confeti”. El recorrido culmina en un gran escenario montado frente a la plaza de Charo, donde el presidente hace la apertura y menciona los toros que hacen presencia en el carnaval.
El costo de cada toro es de aproximadamente 80 mil pesos, pero cada barrio tiene cuatro diferentes figuras, calcula que el costo por organización supera los 500 mil pesos, “lo que nos ayuda es que nuestros paisanos en Estados Unidos nos apoyan mucho”, también se recaban fondos entre la gente, aunque el ayuntamiento pone su parte, la gente es la que hace la fiesta, “el Carnaval es una fiesta del pueblo”, resalta don Abraham.
En cuanto a la connotación religiosa del Carnaval, expone que el toro representa lo malo, el diablo, la lujuria, el pecado pues, la diversión culmina con el martes de carnaval, para entrar en comunión con Jesús, el nazareno que resistió a la tentación del maligno.
En los barrios de San Juan y de San Pedro y San Pablo ocurre un ritual donde confluyen el bien y el mal; en sus capillas hay imágenes de la Virgen, ante ella se presentan los toros, para ser coronados por los cargueros con una guirnalda de pasto, una especie de tamal que se coloca en el hocico del toro, y se invita a los presentes a comer tamales. Quienes saben de esa tradición visitan el lunes de carnaval a las capillas, donde los cargueros dan de comer a unas 2 mil personas. “es el momento religioso del carnaval”, apunta el representante de El Tucán.
Los migrantes aprovechan el Carnaval para visitar su tierra, para ellos esta festividad es un desfogue, escapan de su trabajo para tomar y bailar en su tierra, los visitantes optan por quedarse en Charo, donde, aunque no quieran salen bailando, se les atiende muy bien; casi todo es regalado, menciona al final.