El carnaval es una fiesta pagano-religiosa donde los toros van y le bailan a la Virgen en una singular mezcla de rito y veneración, expuso Jorge Luis Valerio el representante del toro El Rey, durante el anuncio del Carnaval Charo 2023, que tendrá lugar del 18 al 21 de febrero, con su estelar torito de petate en esta edición que tras la pandemia revive una tradición de 5 siglos con origen en las expresiones indígenas pirindas y matlatzincas de esta región.
El edil Salvador Cortés destacó la participación de los 4 barrios locales en una fiesta que por primera vez recibirá recursos del erario por 400 mil pesos, también por primera vez el carnaval se realizará coordinadamente entre los organizadores de El Tucán, del barrio San Juan; El Rey, de San Pedro y San Pablo; Cobra, del barrio Santiago y El Mexicano, de San Bartolo. Se espera una afluencia de 15 mil visitantes y una derrama de 3 millones de pesos para el municipio.
Jorge Luis Valerio, presidente de organización del toro El Rey, del barrio San Pedro y San Pablo, habló sobre el origen del carnaval, que las familias charenses han vivido a lo largo de los tiempos: El Rey “nace” en 1875, sus impulsores en la era moderna fueron jovencitos entre 14 y 16 años; Gustavo Chamán, Antonio Yépez y otros, el actual Rey cumple 48 años este 2023, la música que lo acompaña inició con guitarras y violín, evolucionó agregándose la trompeta, apareció el tambor, y así hasta integrar la banda de viento que ahora llena de ritmo a El Rey durante el carnaval.
La tradición charense viene de los tiempos de la esclavitud; algunos cautivos quisieron rebelarse porque no se les permitía bailar debido a su piel oscura, surgen entonces las hoy tradicionales máscaras negras, que los esclavos utilizaban para ocultar su identidad y así poder bailar.
En el tema del fondeo para cubrir los gastos del toro y su participación en el Carnaval, señaló que hay gente de la organización de El Rey que apoya económicamente desde los Estados Unidos, el mismo ayuntamiento aporta recursos, otros charenses allegados al toro tampoco dejan de aportar; los migrantes visitan su tierra natal y dan su cooperación para el toro, para pagar la banda de música los cuatro días de carnaval o el pago de otras actividades que se deben costear.
Los organizadores cambian cada determinado tiempo, antaño se competía, pero siempre había riñas por ganar el primer lugar; atribuye la falta de acuerdos a la diferencia de edades en los organizadores, “ahora todos somos casi de la misma edad, eso ayudó, porque buscamos dialogar y todo se decide por votación, a lo que la mayoría diga”.
El carnaval es una fiesta donde lo pagano se conjuga con la religión, los toros –que representan el mal- van y le bailan a la Virgen en una singular mezcla de rito y veneración, que se puede traducir en una victoria del bien sobre el mal. Los cargueros corresponden con tamales para los organizadores de los toros, en el caso de El Rey, esto se hace en la capilla de San pedro y San Pablo, ubicada en el barrio del mismo nombre, el ritual se repite en los barrios, Santiago con el Cobra, en San Juan con su toro El Tucán, y San Bartolo con El Mexicano.
