El trabajo del Gobierno de México en busca de la autosuficiencia alimentaria y el rescate del campo; la reorganización de los subsidios a favor de los productores de pequeña y mediana escala, y los esfuerzos que realizan juntos técnicos, científicos y productores en favor de la transición agroecológica deben conceptualizarse como “un principio, un arranque” para modificar y cambiar de raíz los efectos de 70 años de hegemonía de la revolución verde, afirmó el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura, Víctor Suárez Carrera.
Esta tarea está dando ya resultados positivos, en términos de mayores rendimientos y alimentos saludables y menores costos, y requiere continuidad, por lo que es necesario garantizar la permanencia de la Cuarta Transformación, señaló el funcionario al participar en las jornadas académicas: “Maíz transgénico y soberanía alimentaria”.
En el encuentro, organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Víctor Suárez destacó que el proceso de cambio iniciado en el actual gobierno ha implicado agrupar los subsidios al campo en pocos programas, con un enfoque de apoyos directos, sin intermediarios y orientado hacia la productividad, donde se considera el potencial de crecimiento en rendimientos de los productores de pequeña y mediana escala (con hasta 20 hectáreas de temporal o hasta cinco de riego), quienes son responsables del 54 por ciento de la producción nacional agrícola y del 85 por ciento del empleo rural.
Además, dijo que las políticas actuales descartan concepto de “extensionismo” –ligado a los agroquímicos y a los paquetes tecnológicos— y establece en cambio el paradigma del acompañamiento técnico, como un mecanismo donde se respetan y aprovechan los saberes campesinos, de la mano de los conocimientos técnicos y científicos y en el que se habilita al productor a reproducir sus semillas y elaborar sus bioinsumos con materiales locales.
En las jornadas, realizadas en el auditorio Jaime Torres Bodet del Museo de Antropología, el subsecretario destacó que en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador la política para el campo se encamina hacia la soberanía alimentaria, la cual, junto con la energética, son los pilares de la soberanía nacional.
Impulso a sistemas agroecológicos libres de transgénicos y glifosato
En ese marco, sostuvo, se trabaja en favor de la autosuficiencia alimentaria, de insumos y de tecnología para el campo; se transita hacia sistemas agroecológicos sin transgénicos ni glifosato; se apuesta por la salud alimentaria familiar, comunitaria y nacional, y se busca que los que nos dan de comer, coman y vivan bien. Todo ello con un enfoque de derechos humanos.
Los programas que hacen confluencia para lograr esos objetivos son Producción para el Bienestar, Fertilizantes para el Bienestar, Sembrando Vida, Bienpesca y Precios de Garantía, que en conjunto este año atienden a dos millones 800 mil productores, con poco más de 7.2 millones de hectáreas, y cuentan con un presupuesto de 83 mil 500 millones de pesos.
Sobre Producción para el Bienestar apuntó que este año brindará apoyos directos, sin intermediarios, a dos millones de productores de pequeña y mediana escala de granos, café, caña de azúcar, cacao, miel de abejas y nopal, por un total de 14 mil 482 millones de pesos.
Ello, además de las dos estrategias que desarrolla: Estrategia de Acompañamiento Técnico (EAT) y de Apoyo al Acceso al Financiamiento, añadió.
Explicó que en el marco de la EAT existen cuatro mil 200 escuelas de campo en 28 estados de la República, donde se capacita y se establece diálogo entre productores, técnicos y científicos para impulsar las prácticas agroecológicas y la elaboración y uso de bioinsumos a partir de insumos y materiales locales de bajo costo.
La transición agroecológica que asumen los productores, indicó, no es una imposición; ocurre paulatinamente con base en decisiones de los propios productores a partir de las evidencias que ellos observan en sus propios predios o en los de sus vecinos, relacionadas con mejora en la salud de las tierras, mejoras en rendimientos de toneladas por hectárea, menores costos y sobre todo producción de cosechas saludables, libres de transgénicos y glifosato.
Mostró cifras de aumento de rendimientos en maíz de 25 por ciento, alcanzados en un plazo de dos años, en predios de escuelas de campo establecidas en 2019. Ello, al tiempo que los productores de esas escuelas de campo elevaron en 300.7 por ciento las prácticas agroecológicas y redujeron en 39 por ciento el consumo de glifosato.
El subsecretario resaltó que la transición agroecológica ocurre en los predios de productores de pequeña y mediana escala y también se observan y apoyan experiencias de productores de mediana y gran escala, como se tiene documentado en predios de Sinaloa, Veracruz, Hidalgo y Guerrero, entre otros estados. En el caso de Sinaloa hay predios que han logrado elevar sus rendimientos a 14 toneladas por hectárea contra 11 que registran predios vecinos, observó.