En el inicio de un ambicioso proyecto que busca detonar el potencial turístico de la antigua comunidad minera Real de Otzumatlán, el presidente municipal de Queréndaro, Salvador Camacho Serrato, inauguró la hermosa obra de pavimentación con piedra ahogada que concluye en la iglesia de San Agustín, construida en 1732 durante el esplendor de la explotación de la mina de oro, plata plomo y zinc.
“Luego de que por muchos años fueron ignorados por autoridades anteriores, nos pidieron esta calle con piedra ahogada y ahora la estamos entregando a la comunidad, pero queremos apoyar también en la gestión ante las autoridades de turismo estatal para aprovechar el potencial turístico de esta comunidad. Estas joyas hay que atenderlas, son verdaderos tesoros históricos”, destacó Chava Camacho.
Un día de fiesta, que se celebró con un rico mole con arroz en la comunidad, fue la inauguración de la calle principal de 150 metros lineales con piedra ahogada, a fin de mantener el estilo arquitectónico de esta antigua comunidad minera en la que viven aproximadamente unas 150 personas.
El alcalde Chava Camacho estuvo acompañado por el jefe de tenencia Elías García y el secretario Daniel García, además de un grupo de vecinos de Real de Otzumatlán, entre ellos don Salomón Parra Calderón, quien contó que su padre y abuelo trabajaron en la mina y él lo hizo hasta hace aproximadamente unos 33 años.
El edil de Queréndaro comprometió su gestión ante las autoridades estatales de Turismo y del propio INAH para que pueda darse la rehabilitación y la restauración a la bella estructura de piedra y el Chacuaco de la fundición que sobrevive de la época del auge minero, además del templo de San Agustín que conserva algunos retablos que ya han sido atendidos hace años para evitar su daño.
De momento, Chava Cortés comprometió también su apoyo para reponer los tableros de la cancha de básquetbol, a fin de que los niños y jóvenes de la comunidad tengan un espacio digno para el deporte.