Devotos del Señor de la Misericordia ya gestionan un sitio para recuperar la historia de esta venerada imagen religiosa, que data del Siglo XVI, y que llegó a Indaparapeo hace 66 años, convirtiéndose en parte del patrimonio comunitario.
El proyecto ya fue planteado a las autoridades civiles y eclesiásticas para que se destine un espacio digno donde pueda resguardarse la urna y se monte una galería con fotos y documentos históricos de aquel 25 de septiembre de 1958, cuando llegó a Indaparapeo el Señor de la Misericordia, elaborado de pasta de caña como era tradición de los franciscanos.
El historiador local Moisés Padilla dejó plasmado en la semblanza que escribió en honor a esta imagen religiosa al recordar los momentos “fascinantes” en que fue descubierta la imagen y su llegada a este lugar, “resulta algo digno de perpetuar en las generaciones presente y futuras” y es que consideró una “predestinación que llegase esta verdadera joya de arte a Indaparapeo”.
Y es que se dice que compradores nacionales y extranjeros ofrecieron mucho dinero por esta bella pieza que fue sepultada y encontrada en pedazos para esconderla de la profanación que se había de las imágenes y templos durante el periodo revolucionario.
Fue gracias al párroco local, Luis Arroyo Ruano y el pueblo mismo, que reunió la suma económica para pagar al anticuario que había restaurado la imagen, que mide un metro 25 centímetros, clavado en una cruz de cedro.
A lo largo de su estadía en la Parroquia de Nuestra Señora de la Paz, desde 1958, la imagen ha tenido dos restauraciones, la primera en 1972 y en 2009.
Para cuidado de la misma imagen, la feligresía construyó una urna con la que se realizan las peregrinaciones por las calles de Indaparapeo.
El sincretismo religioso se ha transmitido por generaciones, y los milagros concedidos se corren como pólvora, pues los cendales que bordan las mujeres para la bendita imagen han curado a cientos de enfermos.
A esta solemnidad arriban peregrinaciones de diversas partes del país para admirar esta “hermosísima joya digna de la devoción de la que goza, como lo es la imagen del Señor de la Misericordia”