Habitantes de Zinapécuaro piden no estigmatizar al municipio como violento; las bajas ventas y la poca afluencia de turistas y visitantes, en los últimos días, ha mermado la economía local.
Acostumbrados a los días de bonanza de la temporada navideña, hoy los comercios miran con escepticismo los días por venir en vísperas de Noche Buena y el Año Nuevo.
Esta semana la plaza Juan B. Figueroa fue adornada e iluminada para incentivar el espíritu navideño, además de colocarse un nacimiento.
Aquí el día transcurre de manera normal, la actividad en la plaza y el mercado no es diferente a la de otros días. Incluso, cabe decir, que la presencia de la Guardia Nacional es discreta.
Tras la ola de violencia, el Gobierno Municipal mantiene abiertas sus puertas y no ha suspendidos los servicios a la población, además de que continúan algunas obras y entrega de apoyos al campo, claro, evitando los reflectores y las concentraciones masivas a recomendación del Estado.
Zinapécuaro es uno de los principales destinos turísticos de Michoacán; goza de fama por su gastronomía, balnearios de aguas termales, alfarería y la venerada imagen del Cristo de Araró, que año con año reúne a miles de fieles. Y es a esa venerada imagen a la que el pueblo de obsidiana le pide para que pronto regrese la paz y la tranquilidad.
Sobra decir, que, aunque el miedo ronda en el ambiente, los zinapecuarenses están echados para adelante siguiendo sus actividades de manera cotidiana.