Vasco de Quiroga quien era franciscano hizo 116 Hospitales en el Estado de Michoacán, se conformaban de capilla, mesón para españoles y la huatapera para los indígenas y criollos.
Una de estos Hospitales se encuentra en Chucandiro donde se venera la imagen de la virgen de la Inmaculada Concepción llamada por los indígenas del lugar como Huananchita (niña bonita) en purépecha. La virgen era rica ya que tenía joyas, ropa y tierras conocidas como la tabla de la virgen.
Su capilla de inauguró el día 8 de diciembre de 1542 por el Sr. Cura, Mateo de Castro, que después se hizo franciscano y también fue cura en Maravatío.
La capilla pertenecía a la Provincia de San Pedro y San Pablo, imágenes que existen en la fachada en la parte de arriba, pareciendo que observan a quien entra. Y como patrona de la capilla fue puesta la virgen de la Inmaculada Concepción. Esta imagen fue tallada por indígenas de manera muy hermosa en madera de patol.
En la parroquia de San Nicolás de Tolentino no eran bautizados los indígenas hasta 1621, gracias a Bartolomé de las Casas, que consiguió la firma del rey de España y el Papá para bautizar a los indígenas, ya que eran considerados como animales y les eran negados los sacramentos. En la parroquia de Chucándiro se tiene el primer libro de registros de sacramentos y data del año 1756.
En 1572 entró el tercer obispo de Michoacán, Juan de Medina Rincón , que fue el primer agustino y les quitó a los franciscanos la parroquia de Cuitzeo, Villa Morelos y Chucándiro.
La parroquia de Chucándiro abarcaba: Huandacareo, Copándaro, Teremendo, San Pedro Chicacuaro y Chiquimitio.
Hace más de 30 años que el pueblo de Chucándiro retomó la fiesta en honor a la virgen Huananchita, impulsada por el padre Jose Luis Pantoja.
La fiesta inicia con una procesión, desde la comunidad de La Presa, que en antaño le celebraban los indígenas con sainetes, poesías, cantos y obras de teatro; una imagen antigua que es resguardada en la comunidad de Tahuacaro, donde se le venera hasta la llegada de los fieles de de Chucandiro.
En medio de danza de las apachas, mojigangas y viejos de la Pascua la procesión regresa con la imagen hasta llevarla al Hospital, donde es recibida con castillo y el repicar de campanas de la parroquia y fuegos pirotécnicos, para concluir con la bendición del padre Alfredo Gallegos.
La verbena popular incluye serenata-baile, y romería de puestos de comida. Así vivió Chucándiro sus fiestas y en espera de seguir la tradición el siguiente año.