Jauja, entre la esperanza y la realidad con el Fondo para pueblos indígenas de la Presidenta Sheinbaum

Queréndaro, Michoacán. La comunidad de Jauja, en el municipio de Queréndaro, es una de las 370 comunidades de 57 municipios michoacanos que este año recibirán recursos directos del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social para Pueblos Indígenas y Afromexicanos (FAISPIAM). Sin embargo, a pesar de la alegría por el reconocimiento y la autonomía en el manejo de los fondos, la realidad de sus necesidades es mucho mayor que el apoyo que esperan recibir.

Tras ser oficialmente reconocida como comunidad indígena el pasado 30 de abril y designar un comité administrativo a través de una Asamblea Comunitaria, los habitantes de Jauja tienen una prioridad clara: reparar el camino principal que conecta a la comunidad, el cual se encuentra en pésimas condiciones.

Juan Luis Colín Muñoz, presidente del comité administrativo, explica que el plan es invertir los recursos del FAISPIAM en “rodados de cemento” para esta vital vía. No obstante, el presupuesto asignado a Jauja no llega ni al millón de pesos, una cifra que contrasta drásticamente con los 12 a 14 millones de pesos que costaría asfaltar el camino completo.

“Con el recurso que recibirá la comunidad apenas alcanzará para 350 metros de lo que son rodados de concreto con cuneta; el camino consta de casi 16 kilómetros, pero es un inicio”, lamenta Colín Muñoz. “Realmente el recurso que nos dan no nos alcanza para nada, pero aun así estamos agradecidos con la presidenta Claudia Sheinbaum y vamos a insistir para sacar adelante a la comunidad en ese plan de justicia que ella misma menciona”.

Juan Luis Corín y María Trinidad Pérez Gutiérrez, presidente y tesorera del Comité de Administración de la Comunidad Indígena de Jauja.

Gestiones Infructuosas y el llamado a la solidaridad

Ante la insuficiencia de los fondos del FAISPIAM, la comunidad de Jauja ha buscado apoyo adicional en diversas instancias gubernamentales. Han presentado solicitudes al gobernador Alfredo Ramírez Bedolla y a la presidenta municipal de Queréndaro, Diana Caballero, obteniendo como única respuesta la promesa de facilitar maquinaria.

Este fin de semana, la comunidad aprovechó la presencia de la senadora Celeste Ascencio en el territorio para, de igual forma, gestionar apoyo para el camino. Los habitantes de Jauja están decididos a seguir abogando por más recursos y por la ampliación del proyecto carretero.

Usos y Costumbres

Gerardo Luna González, representante de Bienes Comunales de Jauja, destaca la rica herencia cultural de la comunidad, aunque hayan perdido su lengua originaria. “Nosotros no sabemos bien cuál era nuestra lengua, la perdimos, pero tenemos usos y costumbres. Convivimos en común, el trabajo es comunitario, todo lo que se hay, desde el niñito que nace hasta el que deja de existir. Entonces esas costumbres tenemos nosotros, no las hemos perdido los usos”, afirma.

La organización comunitaria se articula a través de asambleas, donde se toman decisiones colectivas sobre trabajos como reforestación, limpieza o siembra. La principal fuente de sustento para los aproximadamente ochenta habitantes de Jauja es la resina y el maíz que ellos mismos cultivan. Además, en la localidad de San Juan de Dios, se dedican a la artesanía del piloncillo durante la temporada de marzo y abril, utilizando la caña de azúcar que producen.

La experiencia de Jauja subraya el desafío que enfrentan muchas comunidades indígenas en Michoacán, donde la asignación directa de fondos es un paso crucial hacia la autonomía, pero las necesidades de infraestructura a menudo superan con creces los montos asignados. La persistencia de los habitantes de Jauja es un testimonio de su compromiso con el desarrollo y bienestar de su comunidad.