Campesinos de todo el país participarán en un Paro Nacional Agropecuario el próximo 14 de octubre, para manifestar la grave crisis de rentabilidad que golpea al sector por la falta de precio en vísperas de las cosechas. La movilización pretende ser el punto de partida para que el Gobierno de México revise las políticas públicas y los programas para el campo.
Entre las principales demandas son precio de garantía de 7 mil 200 pesos por tonelada de maíz y la salida de los granos del Tratado de Libre Comercio (T-MEC).
En Michoacán, estado con tres zonas graneleras (Bajío, Ciénega y el Valle de Guayanguareo), la Unión de Productores de Granos de Michoacán ha convocado a la base campesina a sumarse a la convocatoria del Frente Nacional por el Rescate del Campo. La concentración principal en la capital michoacana será a las 10:00 horas frente a Palacio de Gobierno.
La jornada de protesta iniciará desde la madrugada en el oriente del estado. Productores de la región de Zinapécuaro tienen prevista la salida de sus contingentes a las 6:30 horas, recorriendo los municipios de Queréndaro e Indaparapeo, donde se irán sumando campesinos de Álvaro Obregón y Charo, hasta formar un cuerpo de protesta que arribará a Morelia.
El argumento central de los productores expone una dramática paradoja en la economía rural: los altos costos de producción se han tornado insostenibles, mientras el precio de venta del maíz es tan bajo que obliga a los campesinos a vender grandes volúmenes solo para adquirir el alimento más básico.


“¿Sabías que para que un campesino pueda comprar un kilo de tortilla necesita vender 5 kilos de maíz?” es la pregunta que lanzan los agricultores para ilustrar el desequilibrio, destacando que el costo de establecer una hectárea de maíz puede superar los $50,000 pesos, sin que el precio final les permita siquiera el retorno de su inversión y el sustento de sus familias.
Los productores señalan directamente la falta de apoyo gubernamental ante el encarecimiento de insumos clave: el litro de diésel se vende actualmente entre $27 y $28 pesos, además de un régimen fiscal que “no es adecuado” y que castiga al sector, obligando a pagar impuestos cuando los productores ni siquiera han cubierto sus costos operativos.
Una de las razones de fondo del paro es la competencia que califican de “desleal” contra el principal productor mundial. Los agricultores denuncian que su maíz blanco de consumo humano está siendo catalogado en la bolsa de valores al mismo precio que el maíz amarillo, industrial y forrajero que importan, el cual es altamente subsidiado por su país de origen.
“A los productores nacionales se nos prohibió sembrar maíz transgénico, cuyo costo de producción es menor a los maíces tradicionales que sembramos. Se emitió un decreto que lo prohíbe en territorio nacional, pero hoy en día se están importando toneladas de este mismo grano,” argumentan los campesinos.
Tras años de buscar diálogo en las diferentes dependencias sin obtener “certeza” para su actividad económica, la movilización del 14 de octubre busca obligar al gobierno a retomar los acuerdos establecidos con productores a nivel nacional. Las tres exigencias innegociables del sector son:
- Prohibir la importación de maíz blanco, dando prioridad absoluta al grano nacional para consumo humano.
- Establecer un precio base de $7,200 por tonelada por la vía libre.
- La salida de los granos del Tratado de Libre Comercio (T-MEC)












