En el marco de su última conferencia de prensa del 2025, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla anunció un cierre de ciclo marcado por la disciplina financiera y la firme intención de desterrar el endeudamiento público a largo plazo en la entidad. El mandatario calificó como un “mito neoliberal” la idea de que el crecimiento del estado deba depender de créditos que comprometan el futuro de los ciudadanos.
El fin de la “licuadora” y la ingeniería financiera
Durante su mensaje a los medios, Ramírez Bedolla recordó que al inicio de su gestión se enfrentó a un sistema de gasto descontrolado, conocido coloquialmente como “la licuadora”, donde los recursos destinados a educación, obra pública y gasto corriente se mezclaban sin control presupuestal.
“Hicimos lo que parecía imposible. Primero se eliminó la licuadora. Era el desorden total”
Frente a las presiones para contratar nuevos créditos de hasta 10 mil millones de pesos —aprovechando el semáforo verde de Hacienda—, el titular del Ejecutivo estatal fue tajante al rechazar estas prácticas desde el inicio de su gobierno. En su lugar, destacó que las obras de infraestructura actuales se realizan mediante ingeniería financiera y gestión eficiente de recursos, sin dejar deudas a las próximas administraciones.
El gobernador presentó datos alarmantes sobre el manejo financiero de Michoacán en las últimas dos décadas y media. Mientras que el Producto Interno Bruto (PIB) del estado creció apenas un 25% en los últimos 25 años, la deuda pública se disparó de manera desproporcionada en un 640%.
“No hay justicia social cuando miles de millones de pesos se van cada año a pagar intereses en lugar de derechos”, enfatizó Bedolla, señalando que el endeudamiento se convirtió en una “forma silenciosa de corrupción” y en la excusa de gobiernos anteriores para no invertir directamente en el bienestar del pueblo.
La pieza central de este cierre de año es la iniciativa de reforma constitucional enviada al Congreso local, la cual busca prohibir que los gobiernos estatales contraten deuda pública de largo plazo que exceda el periodo de la administración en funciones.
“Ningún gobierno tiene derecho a comprometer el porvenir más allá del tiempo que el pueblo le otorgó”, afirmó el mandatario, comparando su visión con las políticas de aumento al salario mínimo implementadas por el ex-presidente López Obrador y la presidenta Claudia Sheinbaum, quienes demostraron que es posible romper dogmas económicos sin generar crisis inflacionarias.
Con esta postura, Michoacán busca sentar un precedente nacional en la gestión de recursos públicos, cerrando el 2025 con la promesa de que “el dinero volverá a ser del pueblo” y que el desarrollo estatal se construirá sobre bases de ahorro y honestidad, y no sobre créditos bancarios.










