Fernando Solís Luna es uno de los artistas ganadores en el XLII Concurso Estatal de Alfarería, que reunió a 112 artífices de una docena de municipios michoacanos.
El zinapecuarense proviene de una familia de artesanos que guarda celosamente el secreto de las técnicas al negativo, esgrafiado y bajo relieve, que junto con su padre han venido perfeccionado los últimos 20 años.
Por generaciones su familia ha moldeado el barro para tejas, cazuelas y todo tipo de artículos utilitarios, bruñido o vidriado, pero es la técnica al negativo en sus creaciones las que le han dado a ganar diversos premios a nivel local, estatal y nacional.
Su padre Martín Solís Hernández, cabeza de taller, ganó en 2016 es Gran Premio de Arte Popular de México con un cajete que se exhibe en la Casa de las Artesanías en Morelia.
Recientemente, en el Tianguis Artesanal de Uruapan, el más grande de América Latina, la familia Solís volvió a llevarse las palmas en las categorías al negativo y bruñido.
Fernando alista ya la pieza que habrá de presentar próximamente, en junio, en el XXXV Concurso Artesanal de Alfarería en Zinapécuaro.
Para estos artistas la economía es limitada pues cada pieza, además de ser única, requiere de tiempo desde la selección de la arcilla o el barro hasta su decoración. Trabajo que muchas veces no es valorado ni remunerado.
La pieza con que Fernando Solís ganó el Concurso Estatal, en el marco del 478 aniversario de la fundación de Morelia, permanece en exposición y venta en las instalaciones del Instituto del Artesano Michoacano, ubicado a un costado del Templo de San Francisco, hasta el 30 de mayo.