A lo largo de la historia, México ha tenido tres transformaciones que han cambiado relativamente la vida de todos los mexicanos; la primera, la Independencia en 1810, iniciado por dos grandes mexicanos, Miguel Hidalgo y José María Morelos y Pavón, quienes se conocieron en el Colegio de San Nicolás de la ciudad de Valladolid, hoy Morelia; maestro uno y alumno el otro, desde entonces en ese histórico lugar, seguramente, soñaron y planearon dar a su patria libertad del yugo español, que por más de 300 años agobiaban a los mexicanos. Ellos fueron los protagonistas de esa primera transformación.
En 1857 se da la segunda transformación con las Leyes de Reforma, cuya lucha encabezó don Benito Juárez, hombre de ideales y patriota ejemplar, acompañado de distinguidos liberales como el michoacano Melchor Ocampo, quienes a la postre ganarían la batalla a los conservadores, patrocinados por la Iglesia, que siempre ha intervenido en la vida pública del país, al grado de participar con los conservadores para traer a un príncipe extranjero, Maximiliano, a que nos gobernara, pero que terminó siendo fusilado en el cerro de Las Campanas junto con los traidores a la patria.
Juárez, el indígena puro, ganó la batalla; con las armas, con sus ideales y principios en la política, en una lucha que, aun hoy en día no termina del todo, entre conservadores y liberales.
La tercera transformación se realiza como resultado de la revolución de 1910 que inicia Francisco I. Madero contra el dictador Porfirio Díaz, que se mantuvo en el poder por 33 años, encabezando un gobierno represor del pueblo y tolerante con una minoría rapaz compuesta de ricos hacendados y comerciantes explotadores, abusivos que mantenían al dictador en el poder. El pueblo pobre no contaba para nada.
Después de ese largo periodo como resultado del triunfo de la revolución, vino un periodo donde solamente un partido gobernaba el país; el Partido Revolucionario Institucional que se inició con el presidente Calles y concluyó con Peña Nieto, la excepción en este periodo fue Lázaro Cárdenas del Rio quien gobernó tomando en cuenta a grupos fundamentales de la sociedad: campesinos y obreros, agrupados en la CNC y CTM.
El Partido de Acción Nacional (PAN), tuvo dos oportunidades con Vicente Fox y Felipe Calderón, pero ninguno fue capaz de realizar cambios. Perdieron su oportunidad demostrando su incapacidad y confirmando que el pueblo tiene razón al llamarlos PRIAN; porque son lo mismo.
Ante esta realidad la sociedad mexicana en su conjunto (53%) se decidió dar su voto a López Obrador, quien por cierto ya había ganado la elección de 2012, triunfo que le fue robado. En cuanto al resultado de su gobierno no pasó nada que pueda ser significativo en favor del pueblo.
Por todo ello el pueblo abriga esperanza en que López Obrador haga realidad todas sus promesas y proyectos. Y en esas anda El Peje, cariñosamente nombrado por sus seguidores, que son los más. Afortunadamente está dando muestra de que los cambios van para los jóvenes, por siempre abandonados a su suerte, existen programas específicos de apoyos y programas para estudio y trabajo. Para los adultos mayores, nunca antes tomados en cuenta, existe una decorosa pensión universal, sin distingos para nadie; respeto para los sindicatos y agrupaciones con la única sugerencia, que no condición, es que se elija democráticamente a sus dirigentes.
Otro aspecto relevante del Gobierno de AMLO es el combate a la corrupción que por décadas ha sido lo peor de este país, predicando con ejemplo.
Otra más de sus novedosas acciones de gobierno son las conferencias mañaneras, transmitidas por radio y televisión, oída y vista por millones de mexicanos, lo que antes se hacía cada año por los presidentes anteriores que resultaba un acto tedioso, que pocos terminaban de verlo. La conferencia diaria del Presidente es informativa, pero además responde a todas las preguntas que plantean los periodistas. Nunca antes un Presidente de la República informó al día de sus actividades y proyectos; nadie podrá decir que el Ejecutivo gobierna a espaldas del pueblo, como antes se hacía. Esto también es parte de la Cuarta Transformación, que está realizando López Obrador como parte fundamental de su administración, en cuanto a su política económica y social, sin olvidar su tema de campaña: primero los pobres, tarea difícil, pues se trata de más de 50 millones de mexicanos hundidos en la pobreza desde hace décadas.
AMLO nació pobre, aunque ahora haya vivido en la perfecta medianía, pero sabe lo que es la pobreza, que no se acaba por decreto, sino con el desarrollo o el crecimiento general del país; con mucho trabajo de autoridades de gobierno y participación de todos: empresarios, trabajadores, intelectuales, medios de comunicación (ahora contrarios muchos al Presidente por la suspensión de los moches y significativamente la publicidad).
Todo esto es parte dela Cuarta Transformación que a muchos disgusta, pero que es necesaria para que el país logre un crecimiento real sin falsos elogios, como antes, principalmente en la televisión dinerera que apoyaba a gobiernos corruptos y mediocres. Eso se a cabo.
En síntesis se trata de acabar con la corrupción que tanto ha dañado a nuestro México.