Este 9 de marzo, las mujeres se dejaron sentir como nunca… En un hecho sin precedentes, miles de ellas salieron a las calles para hacer sentir su fuerza, sus demandas y su empoderamiento en el país…
Las calles, oficinas, mercados, lucieron semi-desiertos… Sus gritos, sus consignas, sus demandas, fueron muy claras, ni una más…Y ello, ante la creciente ola de asesinatos de mujeres en toda la República Mexicana, claro que todos y todas estamos de acuerdo en que no debería haber ningún crimen, ni por machismo, ni por otro asunto…
Sobre el tema del aborto, hay disensos, opiniones encontradas, ya que va en contra de la vida… Es un tema polémico, profundo…
En lo que no estamos de acuerdo, es que vandalicen y destruyan… Ni mujeres, ni hombres… Nadie, tiene derecho de dañar nuestros edificios y monumentos históricos….
En algunas ciudades del estado, como el caso de Uruapan, la marcha se dejó sentir, fue pacífica y con respeto…
Los derechos de las mujeres, abarcan todos los aspectos de la vida: como la salud, la educación, la participación política, el bienestar económico, el no ser objeto de violencia, así como muchos más.
En nuestros tiempos, es lamentable que millones de mujeres del mundo entero sigan siendo víctimas de la discriminación:
La violencia de género afecta por lo menos al 30% de las mujeres del mundo; en México, los feminicidios son las manifestaciones más graves y aberrantes de discriminación y violencia contra las mujeres.
Se trata de la violación más extrema del derecho que tienen las mujeres a vivir una vida libre de violencia.
Para garantizar de manera eficaz los derechos humanos de las mujeres, es preciso, que comprendamos las estructuras sociales y las relaciones de poder que condicionan, no sólo las leyes y las políticas… Sino también la economía, la dinámica social y la vida familiar y comunitaria.
Es preciso desactivar los nocivos estereotipos de género, de modo que a las mujeres no se les perciba según las pautas de lo que “deberían” hacer sino que se les considere por lo que son: personas singulares, con sus propios deseos y necesidades.
“Tenemos que asumir un compromiso de largo aliento para lograr un cambio radical que posibilte que niñas y niños, adolescentes y jóvenes, crezcan y vivan sin violencia en sus hogares, escuelas y comunidades”.
Los hombres todos, debemos asumir un compromiso desde nuestro hogar, respetando y protegiendo siempre a nuestra familia, en especial, a nuestra madre, esposa, e hijas….Porque sin mujeres, no hay país y tampoco vida…
Hasta la próxima…