Esta sería la segunda vez en la historia que la imagen del Señor de Araró no visite Zinapécuaro, como consecuencia de la pandemia del COVID-19. Curiosamente se tenía la creencia que su venida ayudaba al temporal en los campos de cultivo y alejaba las pestes.
La salida y regreso de esta venerada imagen data desde hace aproximadamente 500 años, aunque se ha ido modificando su recorrido, pues anteriormente recorría la zona de Acámbaro y Salvatierra, de ahí la devoción de muchos de sus fieles en el estado de Guanajuato y comunidades vecinas.
El cronista local, Omar Tapia Pérez, recuerda que en los tiempos del primer benefactor de Zinapécuaro, el párroco, don Juan Bautista Figueroa Alcaraz, suspendió por primera vez el recorrido del Señor de Araró como castigo a los feligreses que habían convertido el evento religioso en una feria de pueblo.
También, en el anecdotario, se habla de que en los tiempos de la Reforma, los fieles realizaron una procesión silenciosa, saliendo por la noche de San Buenaventura de las Aguas Calientes de Araró y llegando en la madrugada al barrio de San Juan Bautista.
No hay un dato oficial de cuanta gente reúne la venerada imagen del Cristo de Araró, pero se calcula que son más de cinco mil personas durante los tres días que dura la entrada a Zinapécuaro, donde permanece por 50 días en la Iglesia de San Pedro y San Pablo, para después retornar a su Santuario.
Trascendió también que ha sido cancelada ya la representación del viacrucis para la Semana Santa.
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