CIUDAD DE MÉXICO.- En la mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador agradeció a los legisladores, tanto a diputados como a senadores, por la aprobación de la ley para suprimir los fideicomisos, fondos que –asegura- se manejaban sin trasparencia, sin control, en los que había discrecionalidad, sin cuentas claras y hay indicios, inclusive denuncias, de corrupción por el mal manejo.
Los opositores al gobierno de la 4T emprendieron una campaña para desinformar y mantener estos fideicomisos. “Desde luego hay intereses creados en el que se defendieran estos fideicomisos. En vez de que a los legisladores que defendían estos fideicomisos les diera vergüenza, se lanzaron con todo defendiendo estos fideicomisos y mostrando el cobre”.
La defensa de esos fideicomisos y de esos fondos era la defensa de la corrupción, dijo contundente el presidente.
Informó que el consejero jurídico iniciará los trámites para llevar a cabo una auditoría amplia a todos los fondos y fideicomisos, auditoría financiera, administrativa, técnica y que, frente a evidencias de corrupción, de mal manejo, se presenten denuncias penales en la Fiscalía General de la República. El resultado será dado a conocer en tres meses.
El mandatario presentó un panorama general y citó algunos ejemplos. Aprovecho para reiterar que no va a faltar recursos a los auténticos deportistas, a los auténticos investigadores, a los auténticos escritores, a los auténticos artesanos, artistas, creadores y todo lo que ahorremos de estos fideicomisos se destinarán –dijo- al bienestar del pueblo.
Jorge Nuño Lara, jefe de la Unidad de Inversiones de la Secretaría de Hacienda, detalló que de 191 fideicomisos, 109 fueron creados por ley y 82 que no fueron creados por ley. Aun, como ya lo dijo el presidente, aun extinguiéndolos, sus funciones continuarán, pero ahora con cargo al presupuesto, de tal forma que los verdaderos fideicomisarios recibirán los beneficios que estaban programados estos fideicomisos.
Adicionalmente, estaban los fideicomisos del Fondo de Salud de Bienestar, Fondo Forestal Mexicano y el Fondo de Transición Energética, y otros tres constitucionales que son el Fideicomiso para la Comisión Reguladora de Energía, de la Comisión Nacional de Hidrocarburos y de administración y pago de la Agencia de Seguridad y Protección Ambiental.
En febrero de 2020 la Auditoría Superior de la Federación publicó un informe de auditoría especial de cumplimiento financiero encontrando lo siguiente. Destacamos cinco elementos del informe que está publicado en internet:
- Falta de elaboración de estudios de mercado en los procedimientos de adjudicación directa de los contratos de obra y servicios.
- Falta de entregables por parte de los proveedores que ampare el cumplimiento de las obligaciones del contrato.
- En las bitácoras de aquellos, que eran proyectos de infraestructura, no se registraron actividades que evidencien que se dio seguimiento a la ejecución de los trabajos.
- Deficiencia en la elaboración de los términos de referencia y formalización extemporánea de convenios modificatorios.
- Falta de formalización de las actas de finiquito, así como deficiente planeación y programación e incumplimiento de los objetivos de los proyectos.
María Elena Álvarez-Buylla Roces, Directora General Del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología consideró opaco y discrecional el uso de los fideicomisos de 2013 a 2018 con transferencias millonarias al sector privado vía Conacyt.
Así, un total de 41 mil 624 millones de pesos fueron transferidos directamente de Conacyt a empresas, algunas de ellas transnacionales, como IBM, Monsanto, Bayer, Kimberly Clark; pero también están algunas grandes empresas nacionales como Volkswagen y Mabe.
“Este conjunto de empresas, que aquí solamente pongo a manera de ejemplo, recibieron un total de 891 millones de pesos de recursos públicos so pretexto, y digo so pretexto porque el análisis que hemos hecho realmente cuesta trabajo justificarlo, este recurso público en términos científicos reales.
Y esto quiere decir que globalmente en el sexenio pasado 44 por ciento de todos los recursos gestionados desde Conacyt, supuestamente para desarrollo científico y tecnológico y de innovación que vamos a ver al final, no fue el sexenio de mayor eficiencia de innovación, fueron trasferidos al sector privado y el 56 por ciento al sector público.
Ciertamente es muy importante el desarrollo científico y tecnológico para sustentar las políticas públicas, pero la manera que esto se hacía implicaba una gran dispersión, atomización.
Las transferencias millonarias al sector primario incluyen muchas empresas, tanto nacionales como transnacionales. Aquí puse solamente un grupo de 10 empresas, algunas de las más beneficiadas.
Otra característica que indica, por un lado, pulverización de fondos, que es otra forma de ineficiencia y de falta de planeación estratégica y de establecimiento de prioridades que realmente aseguren el beneficio del pueblo de México y del avance y del conocimiento, pero otro aspecto muy importante es la inequidad.
Y lo que encontramos es que el uno por ciento de los sujetos de apoyo recibieron el 40 por ciento de los recursos de los fideicomisos. Este 40 por ciento implica 26 mil 134.32 millones de pesos, solamente el uno por ciento. ¿Cómo es que se seleccionó ese uno por ciento?
Aquí hay muchísimas preguntas todavía que hay que averiguar. El resto de los recursos, 39 mil 201 millones de pesos se repartieron entre el 65 por ciento restante de los sujetos de apoyo.
Dentro de los fondos sectoriales, los más cuantiosos son los fondos que se tenían o que se tienen todavía entre Conacyt y la Secretaría de Energía, y estos se alimentan de recursos que resultan de una proporción de la venta de hidrocarburos.
De estos dos fondos -uno de ellos se llama el Fondo de Hidrocarburos, el otro de Sustentabilidad- llama la atención la cantidad de recursos transferidos al Instituto Mexicano del Petróleo justamente en periodos que empezaron a ser asociados a la Reforma Energética y en donde el fortalecimiento de Pemex, que es la empresa del Estado en términos de hidrocarburos, no fue realmente muy apoyada a partir de desarrollos científicos y tecnológicos.
Entonces, ahorita vamos a detallar un poquito más cuáles son las cuestiones que nos preocupan de esta asignación tan grande, nueve mil 493.2 millones de pesos al Instituto Mexicano del Petróleo.
También vemos trasferencias a otras instancias, algunas de ellas han dado como resultado proyectos muy valiosos, y vale la pena resaltar que estos proyectos se van a seguir apoyando y de hecho se van a poder apoyar de manera más eficiente. Entre estos proyectos realmente virtuosos están varios del Cicese, que es un centro público de investigación, del Conacyt, algunos proyectos de la UNAM, en fin.
Pero bueno, aquí vemos este proyecto millonario de esta empresa y también una cantidad muy considerable al Tecnológico del Monterrey, que es también una entidad privada. En fin, aquí sorprende nuevamente esta inequidad en la distribución.
Hay varios proyectos irrelevantes para el sector energético, no se acreditó el sustento científico ni tecnológico en varios de ellos, los resultados son deficientes en muchos casos.
Los otros fondos que también nos llamaron la atención desde el inicio y empezamos a gestionar con los gobernadores de los estados para irlos cerrando, porque veíamos cuestiones muy preocupantes.
De 2013 a 2018 el 80 por ciento de estos 35 fideicomisos se destinaron para obras de infraestructura de obra civil y sólo el ocho por ciento para investigación en ciencia básica.
El 55 por ciento de los recursos gestionados en estos 35 fideicomisos fueron a 10 estados solamente: Nuevo León, Guanajuato, Jalisco, Yucatán, Baja California, Querétaro, Estado de México, Hidalgo, Zacatecas y Ciudad de México.
La finalidad original cuando se generaron, cuando se crearon estos fideicomisos, era apoyar de manera equitativa a los 32 estados de la república mexicana en términos de desarrollo científico y tecnológico. Esto tampoco sucede, ha sucedido con estos fideicomisos, puesto que ha habido una gran concentración de los fondos públicos de la federación asignados a estos 10 estados con respecto a algunos estados que recibieron muy, muy pocos recursos y esto se correlaciona generalmente con los estados más pobres, como Chiapas, Quintana Roo, Oaxaca, Guerrero, etcétera.
El 11 por ciento de los proyectos de infraestructura se tuvieron que cancelar y además, si vemos de este 80 por ciento que se destinó a obra, bueno, encontramos una gran cantidad de irregularidades y de pasivos que se han ido dejando de este ejercicio realmente dispendioso y poco transparente.
La cantidad de recursos que realmente se han destinado para atender urgencias estatales en términos de desarrollo científico y tecnológico son realmente muy poquitos y la mayor parte de los retos, que tienen que ver con la contaminación del agua, la destrucción del ambiente, cuestiones de salud o simplemente el promover el desarrollo científico excelente, potencialmente, que existe muchas universidades públicas de los estados, ha quedado muy, muy rezagado por la forma en que se han estado utilizando los recursos de estos fideicomisos.
La directora del Conacyt explicó que la administración de estos fideicomisos, pagando cuotas a los bancos, a los despachos, a las nóminas, ha implicado durante estos años un costo de de más de 500 millones de pesos. “Y esto es realmente sorprendente porque en 2017-2018 el Conacyt no asignó un solo peso para ciencia básica y muchos investigadores quedamos sin apoyo de investigación. Y cuando yo veo este gasto para mantener estos fideicomisos, bueno, me parece que es obvio que en aras de la transparencia y de la eficiencia administrativa y de la honestidad para con el pueblo de México, que aporta todos estos recursos, y para el avance de la ciencia es una muy buena noticia que se vayan a cerrar”.
López Obrador culminó diciendo que en el tema de los fideicomisos, esto es apenas el prólogo y reiteró el compromiso de seguir profundizando; “es una muestra de la corrupción que imperó durante mucho tiempo y esto explica el porqué de este movimiento en contra de la decisión que tomamos de cancelar los fideicomisos y los fondos.
Quiero dejar de manifiesto que no es algo sorpresivo, lo ofrecimos en campaña, bueno, en el marco de acabar con la corrupción, que es el principal problema de México, la peste funesta que más ha dañado a México, la corrupción.
Hablamos de cancelar estos fideicomisos y estos fondos para utilizar los recursos, el dinero, en beneficio del pueblo, porque todo esto no llegaba a la gente, no les llegaba a campesinos ni a indígenas, ni a obreros ni a integrantes de clases medias, todo esto se quedaba arriba, en beneficio de unos cuantos, de verdaderas mafias”.
Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México