En México, cada día suceden acontecimientos que duelen y lastiman a una sociedad que camina en la oscuridad, por falta de la aplicación de la Ley y la justicia, que no es lo mismo; de acuerdo al diccionario: la Ley, es una regla o norma establecida por una autoridad superior para regular de acuerdo con la justicia, algún aspecto de las relaciones sociales.
En tanto que la justicia, es un principio moral que inclina a obrar y juzgar, respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde. En la biblia se citan o existen 106 versículos que hablan de la justicia; uno de ellos dice: “Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Mateo 5:6”.
Lástima y duele, que quienes están encargados de hacer valer la Ley y la justicia, son quienes primero la corrompen y la violan. México ésta viviendo una etapa de oscuridad, de falsedad y de mentira.
Los políticos y autoridades, están más encargados y afanados por amasar riquezas y poder; la Ley y la justicia puede esperar. Hoy desde varios frentes, se han hecho visibles las narco elecciones; pero no pasa nada, todo parece normal y hasta se aplaude a los gobiernos espurios.
Los maestros que deberían estar educando a un pueblo, como hace 50 años o más; ahora se dedican a bloquear las carreteras, calles, oficinas, centros comerciales, aeropuertos, vías del tren, sim importar nada y ninguna autoridad hace nada.
En Michoacán, se ha hecho normal que los maestros hagan esto cada vez que quieren; la última toma la iniciaron el 31 de julio, logrando detener más de 140 trenes con 770 mil toneladas de carga en 6 mil contenedores. Además de 12 trenes con combustóleo con destino a Tula Hidalgo.
Las pérdidas económicas, según los conocedores oscila entre los 30 y 50 millones de pesos diarios; esto quiere decir que se perdieron alrededor de 900 millones de pesos, sólo en este lapso.
Situaciones como está, provocan muchos males. Pérdidas económicas a las empresas; caída del empleo, pero sobretodo, violación a la Ley y la justicia; pero las autoridades federales nada dicen y menos hacen.
Tal parece que el nuevo Gobierno, ésta más preocupado por vengarse de sus enemigos políticos y dividir a la población, que por atender los problemas diarios de una sociedad que se ha vuelto incrédula y apática, a la nueva realidad que enfrenta el país.
Miles de mexicanos están emigrando de las comunidades a las ciudades y al extranjero, por la grave crisis de inseguridad y falta de empleo. La pobreza va en aumento, de acuerdo a cifras del Inegi y de especialistas; las políticas son erróneas y sólo están contentos aquellos que reciben cheques del “bienestar” y aquellas organizaciones que viven de cuotas de poder y desde luego de recursos económicos; sí, México tiene sed y hambre de justicia, pero esa será divina, porque ahí no hay mentira ni falsedad; la verdad nos hará libres; el que tenga oídos para oír, que oiga; hasta la próxima.