Orgulloso Tarímbaro, por sus monumentales, también internacionales Toritos de Petate

Aunque los Toritos de Petate no tienen origen en el municipio de Tarímbaro, éste los adoptó como toda una tradición propia en los tres principales barrios: San Marcos, La Doctrina y la Cruz, pero que por su monumentalidad, una altura de más de cinco metros y peso aproximado a los 120 kilos, pudieron lograr su internacionalización en la Unión Americana, como en Europa, explicó el cronista J. Manuel Lara Martínez, en entrevista con Encuentro.

Manuel Lara, Cronista Municipal de Tarímbaro.

Explicó que se tienen tres versiones diferentes del origen de los Toritos de Petate: “La que más se acerca, por estar documentada, es que fue una idea de Tata Vasco, cuando llegó como primer obispo de Michoacán; él enseñó a los indígenas a elaborar estos toritos, con una armazón de madera, que al final cubrían con un petate y algunas banderillas de papel de China”.

Pero, destacó que esto fue como un método para evangelizar: “Los indígenas huyeron por temor, además que eran maltratados por los españoles: “Entonces se escondían en las cañadas, en las serranías y, Tata Vasco, ideó esta forma para evangelizar a los indígenas, la que surgió con los Toritos de Petate”.

Para este sistema de evangelización, Manuel Lara, refirió: “También se cuenta con una imagen del Cristo Salvador, que iba por delante de los toritos, y que ahora aquí en Tarímbaro, se le conoce como el patrón de los toritos de petate, además de que el evangelizador los hizo acompañar con música de viento de aquellos tiempos, y los naturales al escuchar la música y ver el colorido, salieron de sus escondites, bajaron y es como se lograba el objetivo”.

Sin embargo, el cronista explicó que Tata Vasco nunca estuvo en Tarímbaro, porque éste estaba en el camino Real de Valladolid, a las minas de Guanajuato: “Probablemente por esa situación un indígena llegó a esta localidad y enseñó a los indígenas a hacer Toritos de Petate. Tanto así que los tarimbarenses se han adueñado de esa actividad que ahora es parte importante de su idiosincrasia, de su historia, de sus fiestas, de sus tradiciones, a más de 450 años”.

Pero, argumentó que hay un documento que data del año 1580: “Que nos habla de que Fray Alonso, llegaba a Tarímbaro, lo recibieron con la danza del Torito de Petate y música de Chirimías, que es la música de viento, y éste es uno de los orígenes que más aceptamos y que a lo largo de cuatro siglos y medio han formado ya parte importante de la historia, en los tres barrios de San Marcos, La Doctrina, y la Cruz, que cada año realizan sus toritos de petate para con memorar el martes de carnaval y festejar así la fiesta que se ha hecho muy tradicional en con la danza del Torito de Petate”.

Mucho más mejor aún, acentuó con orgullo: “Tenemos el honor de que nuestros toritos de petate formaron parte del Ballet Folklórico, de doña Amalia Hernández, allá por la década de los sesentas, y los llevaron a bailar a escenarios de Europa, España, Paris, Alemania, y también ya tenemos el gusto de que se hayan presentado en el máximo escaparate que es el Palacio de las Bellas Artes, en la ciudad de México, lugar en el que sólo se presentan los grandes”.

También los han llevado a Estados Unidos: “Porque no hay un lugar, en el vecino país del norte, donde un tarimbatense no quiera presumir, con orgullo, a los toritos de petate de su tierra: “Porque allá también hay Martes de Carnaval, con la Danza del Torito de Petate; ya sea en Chicago, Minesota, Los Angeles, Miami, y muchos otros lugares de la Unión Americana, donde radica gente de este municipio.

Al retomar el tema de origen, dijo que éste era de tamaño pequeño, de un metro y medio, que era pero en Tarímbaro, han venido evolucionando, sigue siendo una armazón de madera clavada, con alambre y pegamentos que se adiciona con un petate y ya también son adornados con tela de terciopelo, además que cada barrio se identifica con listones de colores: como el de San Marcos, es rojo; el de la doctrina, negro; y el que siempre ha cambiado de tonalidad es el del barrio de la Cruz”.

Además, externó que los han adicionado con obras esculturales con papel picado sobre cartón, o madera, con banderillas insertadas, dando un peso de aproximadamente 120 kilos y una altura cercana a los 5 metros, que bien puede cargar una persona, pero necesita el apoyo de algunos de sus compañeros para evitar que lo pueda vencer el viento.