Acuerdan la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y productores esquema con prácticas agroecológicas, reducción o eliminación de glifosato y medidas preventivas de aflatoxinas para maíz blanco de ciclo otoño-invierno 2021-22.
Alrededor de 500 hectáreas de municipios del norte tamaulipeco estarán involucradas en el esquema. La empresa Gruma adquirirá la totalidad de maíz que cumpla con niveles mínimos de aflatoxinas.
El subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria, Víctor Suárez Carrera, llamó a los productores a incorporarse en el esquema y realizar una transición agroecológica.
El director del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), Luis Ángel Rodríguez del Bosque, afirmó que el organismo a su cargo cuenta con tecnologías para minimizar el riesgo de presencia de aflatoxinas en campo.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) convinieron con productores de Tamaulipas poner en marcha un esquema de producción de maíz blanco libre de aflatoxinas y con prácticas agroecológicas que reduzcan o eliminen el uso de glifosato y eleven los rendimientos y ganancias de los agricultores.
Este esquema se desarrollará en el ciclo otoño/invierno 2021-2022 e implicará por lo menos 500 hectáreas del norte de Tamaulipas, en los municipios Abasolo, Gustavo Díaz Ordaz, Miguel Alemán, Camargo y Río Bravo, que son los de mayor producción maicera de la región y que tendrán disponibilidad de agua.
El subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura, Víctor Suárez Carrera, y el director del INIFAP, Luis Ángel Rodríguez del Bosque, encabezaron una reunión en el Campo Experimental de Río Bravo del INIFAP, donde se estableció el compromiso, mismo que da continuidad al proceso de producción libre de aflatoxinas realizado en la misma región del estado norteño en el ciclo otoño-invierno 2020-2021, con la participación también de Agricultura, el INIFAP y el CIMMYT.
La novedad del esquema ahora es que se refuerza con prácticas agroecológicas y con reducción o eliminación de uso de glifosato, con el fin de atender el decreto presidencial del 31 de diciembre de 2020 que ordena la paulatina y eventual eliminación del uso de este herbicida en México, y de avanzar en fórmulas que preserven el medio ambiente, cuiden la salud humana y contribuyan al propósito de un sistema agroalimentario y nutricional, justo, saludable, sustentable y competitivo, dijo el subsecretario Suárez.
Al igual que el año anterior, la empresa Gruma se comprometió a adquirir todo el maíz que se genere en el esquema y que cumpla con los límites de presencia de aflatoxinas que impone la empresa.
Víctor Suárez destacó que, de parte de la Secretaría de Agricultura, 11 técnicos agroecológicos y sociales, científicos y especialistas de la Estrategia de Acompañamiento Técnico (EAT) del programa Producción para el Bienestar brindarán apoyo continuo a los productores participantes en el esquema, con capacitación y asesoría.
La capacitación además se hará extensiva a técnicos de otras instancias, como el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) y Gruma, detalló.
También, expuso, está prevista la participación de técnicos y especialistas del INIFAP que han trabajado en bioherbicidas y prácticas mecánicas para eliminación de arvenses, con lo cual se propiciará la reducción o eliminación de glifosato.
“Convocamos a 100, a 500 a mil a dos mil, a todos los productores de maíz de Tamaulipas y también de sorgo para innovar y al mismo tiempo que produzcamos sin aflatoxinas, con más rendimientos, menos costos y más rentabilidad para el agricultor. Para eso tenemos que pensar en la transformación a sistemas agroecológicos en la producción, en la salud de los suelos, incorporar mucha materia orgánica en los suelos, recuperar y alimentar la microbiología de los suelos, descompactarlos, un conjunto de prácticas que gradualmente nos permita pasar de un sistema viejo, contaminante, a uno nuevo, agroecológico”, expresó.
“Necesitamos cambiar hacia modelos de producción de alimentos que sean justos, saludables, sustentables y redituables para los agricultores y toda la cadena alimentaria, que cuiden los recursos naturales y los preserven y mejoren para continuar con el proceso de producción ahora y para las siguientes generaciones. Dejemos atrás modelos de enfermedad y muerte que ya no deben estar con nosotros”, agregó.
El director del INIFAP, Luis Ángel Rodríguez del Bosque, señaló que, en apoyo a lo anterior, el organismo a su cargo cuenta con un modelo de predicción de aflatoxinas que incluye factores climáticos.
La siembra del ciclo otoño/invierno 2021-22 se realiza en enero próximo, pero el análisis de los suelos (necesario para identificar los nutrientes deficitarios), la preparación de los suelos y la aplicación de microorganismos deben realizarse durante noviembre y diciembre, externó.
Las aflatoxinas son micotoxinas producidas en pequeñas concentraciones por hongos del género Aspergillus y son tóxicas para la salud. Medidas tales como control de periodo de siembra y cuidado en procesos de transporte y almacenamiento permiten su prevención, señaló.
Francisco Hernández Archundia, responsable del esquema por parte de la EAT, señaló que las prácticas agroecológicas previstas consideran el tamaño de los predios de la región norte de Tamaulipas y el nivel de tecnificación que tienen.
Se atenderán asimismo los temas de nutrición de la planta y el suelo y el control de plagas y enfermedades, precisó.
Una de las estrategias será producir bioinsumos para el manejo de la nutrición: lixiviados, bioles, producción de lombriz para lombricomposta y lixiviados a partir de ésta; también, habrá un fuerte uso de microorganismos para la sanidad vegetal, generar equilibrios y controlar los hongos responsables de las aflatoxinas, explicó.
Se prevé que los productores, que tengan posibilidad de hacerlo, monten pequeñas biofábricas y también se está promoviendo que haya quien se dedique a producir y comercializar bioinsumos en los municipios, además de que ya existen algunos microorganismos específicos disponibles de manera comercial, refirió Hernández Archundia.
Lorena Fernández Alanís, productora participante en el esquema de producción de maíz blanco libre de aflatoxinas en el norte de Tamaulipas durante otoño-invierno 2020-21 y quien se incorporará en el próximo esquema, destacó que es previsible que, con las medidas que previenen las aflatoxinas, combinadas con prácticas agroecológicas –encuadradas en buena medida en el modelo Agricultura Campesina de Conocimientos Integrados y Manejo Integrado de Cultivos Inducidos (ACCI-MICI)— se logren los resultados previstos de reducción significativa de incidencia de aflatoxinas.
Además, lograr que se eleven los rendimientos de maíz blanco en una o dos toneladas por hectárea, respecto del promedio actual en la región norte del estado, de 6.5 toneladas por hectárea.