Las políticas públicas que se dirijan a la agricultura del futuro deben considerar el papel que juegan las ciudades intermedias, la agricultura periurbana, la movilidad laboral y los derechos de los jornaleros, así como el impacto de la migración, para avanzar hacia un campo más justo y equitativo, afirmó el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula.
A participar en la presentación del estudio Nuevas narrativas para una transformación rural de América Latina y el Caribe, destacó que la nueva dinámica rural y urbana debe incluir también la atención a las mujeres y jóvenes, con acciones concretas en la construcción de sistemas alimentarios más sostenibles para fortalecer la producción de alimentos que la población demanda.
Resaltó que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador trabaja bajo la premisa fundamental de poner en el centro prioritariamente a la persona, en particular, a los que menos tienen y así lograr un nuevo modelo de bienestar basado en sus necesidades y no solo en los análisis de los indicadores económicos tradicionales.
Villalobos Arámbula comentó que la relación entre lo rural y lo urbano requiere ser atendida desde una nueva perspectiva, una que asegure que los pobladores que permanecen en las zonas rurales cuenten con las mismas oportunidades de vida que aquellos que viven en localidades urbanas.
En el evento organizado por la Comisión Económico para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), sostuvo que los cambios económicos, demográficos y territoriales que ocurrieron en el pasado en el país no fueron acompañados de políticas públicas acordes, porque se pensaba de manera dicotómica, entre lo rural y lo urbano.
Sin embargo, abundó, esta relación ha cambiado y lo seguirá haciendo, por lo que es necesario encontrar nuevos instrumentos que permitan tomar las mejores decisiones y generar visiones prospectivas para el futuro.
Promover la agricultura periurbana
El secretario Villalobos Arámbula señaló que se debe considerar también el papel que juegan las llamadas ciudades intermedias, pues es claro que la dinámica demográfica afecta a los jóvenes de los territorios rurales y los procesos migratorios rurales urbanos.
Además, refirió, es importante entender la función de la agricultura periurbana y definir cómo, a través de políticas públicas dirigidas, se pueden fortalecer estos sistemas de producción y vincularlos más hacia la construcción de sistemas alimentarios más sustentables y proveedores de alimentos nutritivos para las poblaciones urbanas.
La agricultura periurbana requiere de un entendimiento propio y profundo que hoy día es aún incompleto, aseveró el funcionario federal.
Otro tema de relevancia para construir una nueva ruralidad en México debe comprender y entender mejor el tema de empleo en el campo, la movilidad laboral y cómo garantizar los derechos de los jornaleros agrícolas, así como los impactos de la migración, tanto interna, como internacional, anotó.
En el evento participaron también la vicepresidenta del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI), Paloma Merodio; el coordinador de Planeación en Población y Desarrollo (Conapo), Rodrigo Jiménez Uribe, y el director del Proyecto y Jefe de la Unidad de Desarrollo Económico, sede subregional en México de la CEPAL, Ramón Padilla.
Además, el especialista en Desarrollo Rural, Julio Berdegué; el vicepresidente adjunto del Departamento de Administración de Programas del FIDA, Donal Brown, y la directora regional de la División de América Latina y el Caribe del FIDA, Rossana Polastri, entre otros.