A un año de la presencia del Covid-19 en Zinapécuaro, el virus ha cobrado la vida de 31 habitantes, de acuerdo con las estadísticas de Información Estatal y, con las medidas de la nueva normalidad la presencia de visitantes ha bajado, con ellos también la venta de artesanías.
Los artesanos al igual que los comerciantes, también buscan generar una alternativa para seguir elaborando sus artesanías y ofertarlas a los pocos turistas que visitan Michoacán, inclusive quienes dedicaban su tiempo a esta noble actividad hoy se ven obligados a emplearse en otros oficios.
Raúl Avilés Villafuerte, artesano originario del municipio de Zinapécuaro, declaró que pese a la pandemia, ha pensado en cerrar su local unos cuantos días a la semana con el fin de ahorrar los pocos ingresos económicos que entran a su bolsillo.
El artesano definió que toda su vida se ha dedicado a la alfarería, ‘’es una tradición que se tiene en mi familia’’, comentó, sin embargo dijo que no existe el mismo apasionamiento como en décadas anteriores.
‘’Ya no hay artesanos como los había antes’’, expresó Avilés Villafuerte, pues comentó que los hijos de algunos artesanos no están interesados en replicar las obras que se han realizado.
Para hacer que las personas aprecien el arte hecho a mano, Raúl Avilés pone a disposición un espacio público, con una exhibición de sus diplomas y premios que ha obtenido a lo largo de su carrera artística, ubicado en las afueras de Casa de la Cultura, frente a la plaza principal de Zinapécuaro.