El gobierno comete un error al minimizar el impacto económico del conflicto en Ucrania, porque sus consecuencias constituyen una amenaza a la producción nacional de alimentos, debido a que México importa de Rusia el 30 por ciento de los fertilizantes, insumo clave para la producción agrícola, que en las últimas semanas ha tenido un incremento de más del 80 por ciento.
Así lo aseguraron el director ejecutivo de Protección de Cultivos, Ciencia y Tecnología A.C., PROCCYT, Cristian García de Paz y el presidente de la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos, A.C., UMFFAAC, Luis Eduardo González Cepeda, luego de señalar la dependencia que México tiene del exterior, puesto que el país importa más del 60 por ciento de los fertilizantes.
Agregaron que, con las sanciones impuestas por Estados Unidos y Europa, seguramente Rusia tendrá dificultades para vender en el mercado internacional ese insumo clave para la actividad agrícola, lo cual acentuará la escasez de este producto.
El director de PROCCYT, Cristian García de Paz, destacó que tan solo en el primer semestre del año pasado, México le compró a Rusia casi el 30% de fertilizantes y que “Si se toma en cuenta que Rusia es el principal productor de fertilizantes nitrogenados y las sanciones financieras y comerciales que Estados Unidos y Europa le han impuesto por el conflicto en Ucrania, es muy posible que se limite el suministro global de fertilizantes, el cual, analistas internacionales estiman hasta en un 25 por ciento.”
Agregó que “la consecuencia será que, se eleven todavía más los precios respecto del año pasado, afectando la productividad de los cultivos, poniendo en riesgo la producción agrícola y, por consiguiente, generando un aumento en los precios de los alimentos”.
Por su parte, el presidente de UMFFAAC, Luis Eduardo González Cepeda, advirtió que “El gobierno ha minimizado el impacto económico en México del conflicto en Ucrania y no ha demostrado tener la capacidad para impulsar la industria de los fertilizantes que produzca las cantidades que el país requiere para reducir la dependencia del exterior”.
Recordó “que solo el año pasado importamos cinco millones de toneladas que, a precios actuales, representan la cantidad de 4 mil 500 millones de dólares, es decir, la mitad de lo que el gobierno estimó inicialmente que costaría la construcción de la refinería Dos Bocas”.
Y añadió: “todo ello se suma al dramático repunte de los precios del maíz y trigo por la misma crisis entre Rusia y Ucrania, al ser estas dos naciones importantes exportadores de estos productos, lo que a su vez generará presión en productos como el pan y la industria de la carne”
El aumento de los fertilizantes ha generado mucha inquietud entre los productores agrícolas mexicanos que reportan la subida de precios cada quince días desde el mes de octubre del año pasado. Por ejemplo, la urea se compraba en enero de este año entre 540 y 600 pesos el bulto (25 kg), y en febrero ya estaba a mil 150 pesos y se espera que suba a mil 500 pesos.
García de Paz explicó que el aumento de precios de los fertilizantes “es reflejo de varios factores que afectan la cadena agroalimenticia a nivel mundial, entre otros la menor capacidad de movilización de contenedores desde China, el segundo exportador mundial, el aumento de los fletes marítimos, el aumento en los precios del gas natural (principal materia prima para los fertilizantes nitrogenados) que en Estados Unidos y Europa fue de más de 600 por ciento el año pasado y factores asociados al cambio climático, como las sequías.”.
González Cepeda resaltó que “Los más afectados por el aumento de fertilizantes son los pequeños propietarios, que tiene superficies de 5 hectáreas o menos, y ya tenemos reportes preocupantes de agricultores que han reducido la dosis de fertilizantes de un 30 hasta un 50 por ciento y en el bajío que han disminuido la superficie sembrada, ante la incertidumbre de los precios en que venderán sus cosechas y que estiman que ni el gobierno, ni los costos de producción, les garantizan los rendimientos necesarios, así que mejor han dejado de arriesgar el poco capital que tienen”.
Los directivos de PROCCYT y de la UMFFAAC urgieron al gobierno a realizar esfuerzos para mantener la cadena de suministro agrícola y garantizar el acceso a fertilizantes considerando las consecuencias económicas que el campo sufrirá por el conflicto en Ucrania. Asimismo, reiteraron su exhorto al gobierno federal para que la industria de protección de cultivos sea tomada en cuenta en la formulación de políticas para el impulso de la producción del campo mexicano, porque lo que está en juego es asegurar las condiciones que garanticen la seguridad alimentaria del país.