Aprende en Casa II: “Importante saber leer, pero hay que trabajar”

“Un día mi hijo más chiquito llegó bien enojado y me dijo ‘a mí no me andes ayudando porque cuando tú me ayudas, me sale mal la tarea”, cuenta Leonor Chávez, una madre de familia de la localidad El Colegio, municipio de Tarímbaro en Michoacán, quien anticipa que el Aprende en Casa II será todo un reto para ella y sus hijos.

Madre de tres hijos y con secundaria trunca, Leonor dice ayudar en lo que puede a su hijo más pequeño, quien como miles de niños culminó el pasado ciclo escolar en confinamiento  y realizando las tareas escolares desde casa por la pandemia del Covid-19.

“La maestra mandó tarea por el celular, pero yo no tengo, a mí no me mandó nada, nomás a las que tienen”.

En el domicilio no cuenta con Internet, apenas un televisor donde la madre de familia conoce que será la opción para tomar las clases en el inicio del Ciclo Escolar Aprende en Casa II, que arranca este 24 de agosto.

 “A veces estamos viendo la tele y ya lo pongo a que haga la tarea, yo le digo que haga lo del libro, aunque a veces yo no sé resolverle las dudas, pero él lo hace solito”, comenta apenada la madre de familia recordando cómo cerraron las clases en el ciclo anterior.

Leonor se dedica al hogar, mientras su esposo y sus dos hijos se van al campo a trabajar la tierra de cultivo, pero no siempre fue así, cuenta que a partir de la pandemia por COVID-19 su vida se vio afectada también laboralmente.

“Yo antes sí trabajaba en una casa en Morelia, pero mi patrona se fue para Canadá, y me quedé sin empleo. Duré con ella como un año, me dijo que, si regresaba, me iba a llamar, pero también sabe Dios como estará por allá donde ella está”.

En el campo la familia cultiva ejotes, tomates y verduras de temporada, pero no siempre se gana bien, “a veces cuando hay un corte de algo, sí voy y les ayudo, aunque no tenemos tanta tierra y las verduras ahorita han andado baratísimas, y pues hay días que hay trabajo en el campo, hay días que no”.

Es por ello que no considera viable que sus demás hijos regresen algún día a la escuela debido a la precariedad y la falta de oportunidades, “sí es importante que ellos aprendan a leer y a escribir, pero los grandes no creo que sigan estudiando”.

“Yo sé que los tres son muy inteligentes, el mediano salió de la primaria con 8.9, pero no tuve y no creo tener para los uniformes, además ahora mi esposo se enfermó, es importante saber leer, pero hay que trabajar”.

Son más de tres meses, y la madre de familia dice, entre risas, no molestarle la presencia de sus hijos en casa, al contrario, es de la manera en que estos pueden apoyar al trabajo de campo que se realizan para el sustento de toda la familia.

“Por mí que se queden más tiempo para que le ayuden a su papá en el trabajo, porque a veces no sale ni para los uniformes”.

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TEXTO y FOTOGRAFÍAS: Xana Zamudio | AecuductoOnline.com