Las ráfagas de viento levantan ya las primeras tolvaneras del año en el reseco Lago de Cuitzeo, lo que advierte daños a la salud de la población que habita la zona ribereña en los municipios de Huandacareo, Cuitzeo, Chucándiro y Copándaro.
Los mayores estragos se habrán de sentir en febrero y marzo, anticipan los propios lugares ante las pocas lluvias que se registraron y la sistemática desecación del lago, pues en los años recientes han sufrido de enfermedades respiratorias y de la piel a consecuencia de las tolvaneras.
Investigadores de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo han documentado como desde hace al menos en las últimas seis décadas la población ha padecido de este fenómeno y del incremento en males estomacales, alergias en la piel y dolores de cabeza, achacadas a las polvaredas.
Incluso, el profesor-investigador del ININEE, Carlos Francisco Ortiz Paniagua, demostró que las familias gastan hasta el 40% de sus ingresos en medicamentos y consultas durante la contingencia, además de que deben de cubrir puertas y ventanas con hules para protegerse del polvo. Y habría que sumar los costos que genera la inactividad económica antes de la llegada de las lluvias.