Este martes por la mañana, un desfile inusual y cargado de demandas irrumpió en el Centro Histórico: decenas de campesinos en tractores, acompañados por mujeres, niños, hombres y jóvenes a pie, avanzaron desde la salida Charo y distintas rutas periféricas de Morelia hasta concentrarse frente al Palacio de Gobierno, ondeando pancartas y entonando consignas como “Sin maíz no hay país”.
El contingente de piel quemada por el sol, y manos curtidas de trabajo, partió desde los accesos de la ciudad, con tractores que avanzaron lentamente por accesos fomo salida Charo desde las 9 de la mañana.
Los campesinos se sumaron progresivamente en su trayecto rumbo al corazón de Morelia, con la mirada puesta en visibilizar su protesta y hacer escuchar sus reclamos.
En sus cartulinas y lonas plasmaban exigencias claras: bajar el costo de los insumos, recibir precios dignos por sus cosechas, protección contra intermediarios, y la reivindicación de la agricultura como eje vital de la soberanía alimentaria.
Frente a Palacio, ya con los tractores estacionados y bastantes manifestantes, uno de los campesinos tomó el micrófono que les facilitó el Frente Nacional por el Rescate del Campo (FNLS). Ahí fue donde definieron su protesta:
“Nosotros venimos a exigir al gobierno precios justos; venimos de forma pacífica, no a rayar o destrozar las paredes que son patrimonio histórico. Venimos con civilidad.”, dijeron.
Pidieron una compensación al precio del maíz, denunciando que ellos reciben 14 pesos por kilo de aguacate, mientras alguien más lo vende al triple, lo que evidenciaría el margen de intermediación que consideran injusto.
Durante su pronunciamiento, un orador exigió precios de garantía por tonelada: 7,200 pesos para el maíz, 6,800 para el sorgo y 9,000 para el trigo, cifras que consideran mínimas para que el productor obtenga un margen de utilidad decente.
La protesta en Morelia es parte del Paro Nacional por el Rescate del Campo, que congrega acciones similares en al menos 15 entes federativos.
Fotos Asaid Castro/ACG
