El Obispo Arturo Lona Reyes abogó durante más de 50 años por los derechos de los indígenas mexicanos. Falleció el sábado pasado debido a complicaciones derivadas de la covid-19, a un día de cumplir 95 años.
Desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, el obispo tuvo una importante participación en la defensa de los derechos de los pueblos originarios. Así lo documentaron los reporteros Guillermo Correa y Salvador Corro en varias publicaciones para la revista Proceso.
Hace décadas que los indígenas mexicanos exigen el cese a la represión, sobre todo para los defensores de la tierra y de sus derechos humanos. Todavía sufren la pérdida de sus tierras, sigue avanzando la tala de bosques y selvas donde viven y la persecución que sufren de caciques y narcotraficantes.
El mes pasado se conmemoraron 528 años de la conquista. A pesar de que hoy se conoce como el Encuentro de dos culturas, para los indios mexicanos, así como para varios grupos más del resto de Latinoamérica, el 12 de octubre es un día de luto. El Obispo Arturo Lona decía hace 28 años sobre la conquista y los “500 años de evangelización”, que alrededor de ello “hay un tono demasiado triunfalista” y que eso “desconcierta”. Señalaba las atrocidades cometidas y lamentó que “si la conquista fue hace cinco siglos, ahora sigamos nosotros”.
Arturo Lona fue conocido como “el obispo de los pobres” por su larga lucha por sacar a los indígenas de la marginación. “Hoy en nuestro mundo indígena cada vez va desapareciendo la alegría y todo es angustia. Los indios andan como ovejas sin pastor”, dijo Lona.
El religioso tomó los hábitos en 1952 y el obispado en 1972 en la Catedral de Tehuantepec, Oaxaca. Gracias a su impulso y la ayuda a los necesitados creó dos cooperativas de producción de café orgánico y una más de ajonjolí, cuyas exportaciones tiene como destino Europa. Las ganancias se reparten entre los productores originarios de la zona que el obispo convirtió en socios.
En su diócesis de Tehuantepec existen ocho etnias. Mixes y zapotecos de la montaña se han organizado, a través de la Unión de Comunidades Indias de la Región del Istmo (UCIRI), en cooperativas de consumo, transportes y servicios; que han sabido aprovechar todo el proceso de su producción de café; y que hasta se trabaja en el descubrimiento y comercialización de plantas medicinales.
Sostenía que para los indígenas la celebración de cada 12 de octubre no importa: “Porque nos hemos hecho la pregunta: ¿Qué es lo que vamos a festejar? Si en el aspecto de conquista les quitaron su cultura, sus tierras y prácticamente fueron esclavos de las minas. En cambio, trajeron regalos de Europa, como la viruela negra que acabó con millones de indios, entre otras calamidades”.
“En lo religioso también tenemos que aceptar que hubo muchos errores en la evangelización. Sabemos que la historia es de luces y sombras, pero en respuesta a esa deuda que tenemos con el mundo indígena es que fundamos la Comisión de Derechos Humanos Tepeyac, porque el papel prioritario es trabajar por la liberación de los presos injustamente. Luego pasamos a la lucha por la tierra y para que los indios recuperen lo que es suyo, eso sí lo celebramos. Por ahí va más bien nuestra conmemoración, con hechos.”
Cuando surgió el Tratado de Libre Comercio, el obispo sentenció: “Hay un hecho, que los indígenas estorban para esa manía de entrar al Primer Mundo y que, es cierto, se hará sobre cabezas y sobre sangre india. Todo un calvario es lo que les espera, por ejemplo, con el Tratado de Libre Comercio. Y si ya ahora es difícil andar con ellos, ¿quién va a estar? No es solamente el campesino, también los obispos que estamos con él estorbamos”. Por ejemplo, con la nueva Ley Agraria, “se van a convertir en asalariados de la misma tierra que vendieron. Eso es inhumano. Se nos vienen días muy fuertes”.
Lona Reyes se convirtió en obispo emérito en el año 2000. Siempre apoyó los intereses de los pueblos indígenas, últimamente en contra de megaproyectos mineros y eólicos contemplados en el Istmo y también contra la tala inmoderada en los zoques de Chimalapas.
En 2008 recibió el galardón de la edición 16 del Premio Nacional de Derechos Humanos Don Sergio Méndez Arceo por su defensa y promoción de los derechos humanos de los pobres e indígenas de Huejutla, Hidalgo, y de Tehuantepec, Oaxaca. Su mayor logro educativo fue la Universidad Indígena en la zona mixe de la región del istmo de Tehuantepec.
Privilegió la educación de los jóvenes indígenas, fundó 15 bachilleratos maristas en zonas rurales y hace 13 años también una universidad de la orden de los jesuitas que ha dado cobijo a seis generaciones de pobladores de la zona norte del Istmo.
En 2016 encabezó, junto con organizaciones civiles y sociales, entre ellas el Centro de Derechos Humanos Tepeyac, que presidía, y el Comité Regional de Defensa de los Chimalapas, a cargo de Miguel Ángel García, una caravana con 11 camionetas llenas de ayuda humanitaria para la comunidad zoque de San Francisco la Paz que pertenece a Santa María Chimalapa.
El obispo Lona Reyes impulsó la teoría de la liberación en el Pacífico Sur, junto con el arzobispo de Antequera Oaxaca, Bartolomé Carrasco Briseño, y el obispo de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz García, lo que les valió el hostigamiento y hasta persecución de las autoridades eclesiásticas.
Como reportaron varios medios en su momento, el obispo Arturo Lona sufrió 11 atentados por encabezar manifestaciones de apoyo a los migrantes, la resistencia de los indígenas a megaproyectos y la lucha contra cacicazgos políticos e invasiones en territorio de los Chimalapas. El ataque más reciente ocurrió en septiembre de 2015 cuando la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca ordenó la aplicación de medidas cautelares al obispo emérito de Tehuantepec ante la nueva amenaza de muerte ahora de parte de presuntos invasores chiapanecos que pretenden asentarse en el territorio de los Chimalapas.
Abogó también por los indígenas presos injustamente, acusados de delitos contra la salud, es decir, de narcotráfico. La Cuarta Transformación se comprometió a revisar estos casos y condonar a los acusados. Es de conocimiento nacional gracias a las investigaciones de visitadores y de organismos no gubernamentales que defienden los derechos humanos, que muchas de estas detenciones se hacen sin orden de aprehensión y con violencia; se les prefabrican declaraciones y las confesiones son arrancadas mediante tortura.
Las cosas parecen no haber cambiado desde hace 30 años en México. En lo que se refiere a los problemas que sufren los pueblos originarios, las acciones de los gobiernos de los últimos sexenios en realidad no han significado progreso ni destacan beneficios para ellos. Desde entonces, el crimen organizado acecha los territorios donde habitan estos pueblos y las autoridades no han logrado impedir que tengan cada vez más presencia.
DESDE EL CENTRO
Siguen las miradas en la jornada electoral de los Estados Unidos, esperemos que 2020 no castigue más al mundo…Eduardo Orihuela Estefan, dirigente de la Confederación Nacional de Productores Rurales, deberá enfrentar una denuncia penal de la SADER, Michoacán, por un proyecto ganadero para obtener un beneficio económico, con monto de un millón de pesos, por parte del gobierno federal…El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Víctor Manuel Villalobos, sostuvo ante legisladores, en comparecencia virtual, que la irrupción de la pandemia de Covid-19 no detuvo al campo. “México ha logrado mantener la disponibilidad y la distribución de alimentos. No hubo desabasto generalizado y el flujo comercial de nuestras exportaciones aumentó, en tanto que las importaciones disminuyeron. La economía cayó 9.8 por ciento y el campo tuvo un comportamiento más positivo con 2.7 por ciento”. El funcionario sostuvo que la producción de granos básicos tendrá un incremento de ocho por ciento este año respecto a 2019 y se prevé que se aproxime a 34 millones de toneladas. “Nuestra balanza comercial agroalimenaria se mantuvo favorable con un superávit que alcanzó 8 mil 839 millones de dólares de enero a agosto. Esto es un incremento del 31 por ciento a tasa anual”.