Con el Viacrucis Indaparapeo renovó su fe en el Hijo de Dios

Con los ánimos recargados luego de 2 años de no presentarse el viacrucis como medida precautoria ante la pandemia por covid-19, la Pasión, y Muerte de Cristo vino a renovar los votos de las y los indaparapenses al presenciar otra vez la entrega y pasión del nazareno, personificado por Hugo Rodríguez Almanza, quien en su papel del redentor, acompañado de un gran grupo de fieles católicos locales, encabezados por el párroco Raymundo Hernández, representaron el viacrucis viviente, mismo que arrancó en el jardín principal, donde Poncio Pilatos se lava las manos durante el juicio de Jesús al no encontrar delito y lo entrega al sanedrín judío.

Miles de indaparapenses congregados en el corazón de la cabecera municipal y a lo largo de la Vía Dolorosa hasta el lugar conocido como “La Cajita”, que hizo del “Gólgota”, o lugar de la calavera, donde hace más de 2 mil años el humilde hijo de un carpintero cumplió su misión en este mundo y la voz profética de que vendría un mesías al mundo para redimirlo de sus pecados.

De acuerdo con la sagradas escrituras, Jesús inició un penoso andar con una cruz de aproximadamente 180 kilos a cuestas, lentamente, recorrió como el nazareno las calles principales de Indaparapeo, escenificando las 15 estaciones y 3 caídas en su camino al cadalso, solo por su fe y la convicción de representar al salvador del mundo, podía entender que el sufrimiento a causa de las vejaciones y golpes de los soldados romanos que se burlaban lanzándole escupitajos y azotes, le daban la fuerza para soportar y seguir adelante, aunque tuvo un momento de flaqueza cuando exclamó en hebreo “Elí, Elí, Lama Sabactani”, que se traduce como “padre, padre, por qué me has abandonado”.

En el camino, Jesús encontró a María su madre, Verónica y a María Magdalena, así como a Simón, quien le ayudó obligado por los soldados a llevar la cruz y caminar con él entre el llanto y el dolor de sus seguidores al verlo sucumbir ante la maldad humana.

Una vez en El Gólgota, el hijo de Dios entregó su vida por los pecados del mundo, como un cordero que no dijo una sola palabra, cumplió su destino entregando el alma con un “consumado es”, tras ser clavado en el madero por los soldados romanos, cuyo jefe finalmente reconoció: “verdaderamente este era hijo de Dios”.

Al final en este viernes santo, conocido también como Viernes de Dolores por la grey católica, en cuyo marco la noche de este viernes se llevará a cabo la Procesión del Silencio por la calle principal de Indaparapeo, mientras Protección Civil municipal informó que el saldo durante la escenificación del Viacrucis fue “blanco”.