Las Escuelas para el Campo impacta positivamente en medio centenar de productores en el municipio de Puruándiro, informó Alejandro Galván Noriega, asesor técnico de la estrategia de acompañamiento del programa Producción para el Bienestar en esa demarcación, perteneciente a la Región 26, Michoacán. Quien prevé la consolidación del esquema federal en el presente ciclo agrícola.
Las expectativas del programa federal están en que los productores que participan en las Escuelas del Campo de Janamuato, La Excusa, La Barranca y Las Letras logren producir sus propios bioinsumos y contagien a otros productores, señaló Galván Noriega,
En ese tenor, resaltó el joven técnico el compromiso de los productores a seguir trabajando y creciendo con el acompañamiento que reciben a través de las Escuelas para el Campo.
Al compartir la experiencia personal, producto de su relación directa con los participantes en las escuelas de la región, dijo que esta “ha sido productiva”, ya que las y los agricultores se han adaptado a la transición agroecológica y aprenden las nuevas técnicas de producción.
Precisó que, aunque el programa de acompañamiento se creó en 2019, en Puruándiro inició hace dos años; 2023 fue “muy duro” debido a la sequía, en cambio, para este ciclo agrícola ha habido buen tiempo, permitiendo prácticas agroecológicas y cambios en la producción, por lo que se esperan altos rendimientos promedio de entre 6 y 8 toneladas en temporal, y 14 a 16 toneladas en superficies de riego.
De acuerdo con Alejandro Galván, las Escuelas del Campo trabajan en grupos para facilitar el acompañamiento técnico, gracias a este, productores e innovadores aplican cambios en la producción convencional, basada en aplicación de agroquímicos.
El programa federal apoya a agricultores de temporal con superficies entre 2 y 3 hectáreas, se dedica un día a la semana para practicar la elaboración de productos en las 4 escuelas de Puruáandiro, cada una integrada por entre 12 y 15 productores.
En Janamuato se encuentra el único centro de producción de bioinsumos en el municipio, se ubica en el predio de uno de los productores, pero la idea es instalar centros de producción en cada escuela, solo que “para eso se necesitan recursos”, puntualizó Galván.
Para abarcar más territorio, las escuelas de campo trabajan en el lugar donde se encuentra el técnico de la estrategia de acompañamiento, mientras que los técnicos de Agrosano, programa similar por parte del Estado, se asientan en otras localidades.
Por otra parte, Ramón Martínez Ferreyra, asesor técnico en el municipio de Cuitzeo, biólogo en prácticas agroecológicas en las escuelas del campo, recién inició operaciones en la comunidad San José de La Palma en, y a mes y medio cuenta con 13 productores, quienes reciben acompañamiento técnico para la producción de insumos para el desarrollo vegetaitivo.
Informó el técnico que paralelamente, las labores en la comunidad se enfocan al combate de plagas, como el gusano cogollero y el chapulín, que han invadido las parcelas de la zona, donde el cultivo predominante es el maíz, que ya se encuentra jiloteando, y se esperan las cosechas para noviembre.
Cabe mencionar que en la región hay Escuelas de Campo solo en los municipios de Puruándiro, Cuitzeo y Santa Ana Maya.
