Una fiesta de más de 50 años se celebra en la capilla del Jacal, ubicada a espaldas del Panteón municipal. Los fieles devotos de El Jacal, Los Baños y Las Arenas preparan la capilla y resguardan las santas imágenes.
La danza de las guares y los indios, una danza de antaño, son embelesadas con cantos, además de que la comunidad elabora tamales, corundas y polvorones, para llenar las canastas y ser obsequiados a la gente.
La danza de los viejos de la Pascua y las mojigangas van rumbo al pueblo de Chucándiro para recorrer sus calles e invitar a la procesión.
Las santas imágenes son resguardadas en la última casa de la comunidad de Los Baños, ahí esperando a que vayan por ellas.
Los Apaches pintan sus cuerpos con imágenes y símbolos, su vestuario es de taparrabos y penachos. Llevan un dirigente al que le llaman “guajolota” por ser las primeras plumas utilizadas en esta danza.
Los danzantes van al encuentro de Nuestra Señora y regresan en procesión, con velas y bailando, junto con la comunidad llevando a cuestas las santas imágenes, deteniéndose en pozas a descansar, a cuál más, adornadas de manera muy bonitas.
Llegan a la capilla con cantos y cuetes. Una vez que las santas imágenes son depositadas en el altar empieza el castillo de pirotecnia, y se continúa con la verbena popular.
Se vela toda la noche y al punto de las 6 de la mañana del 11 de diciembre se cantan las mañanitas, y en el transcurso del día, la visitará la comunidad, se le oficia misa y después la danza de guares e indios le bailará, ellos son los encargados de llevar a estás santas imágenes al pueblo de Chucándiro en la noche. En la tarde esperan a las danzas del pueblo que vienen a acompañarlos, para todos juntos llevar las imágenes al templo de San Nicolás de Tolentino.