“El diagnóstico del Lago de Cuitzeo, es catastrófico”, pero también de esperanza, pues hay posibilidades de alinear “estrategias que permitan resolver la injusticia social que padecen las comunidades ribereñas como consecuencia de la desecación del segundo acuífero más grande del país, coincidieron en advertir especialistas en el marco de la presentación de Resultados de Investigaciones de la Cuenca y los efectos de su deterioro.
Además del saneamiento del agua que se verte al manto, explicaron en sus ponencias los investigadores, se requieren presupuestos reales que garanticen acciones de saneamiento y rescate de las zonas de captación de agua, así como el mejoramiento de la gestión del agua y el establecimiento de un fideicomiso para impulsar proyectos que permitan diversificar el desarrollo de las comunidades que sufren los efectos de las tolvaneras, lo que además propicia el deterioro de su salud.
En ese sentido, ante representantes de comunidades y autoridades municipales e invitados especiales, el doctor en Ciencias del Desarrollo Regional, Rafael Treuba Regalado destacó que en promedio el núcleo poblacional de la zona gasta un millón 406 mil 52 pesos en medicamentos para atender dos grupos de enfermedades que se han agudizado en la zona.
Carlos Francisco Ortiz Paniagua, Doctor en Ciencias con Especialidad en Finanzas, del Centro de Investigación y Desarrollo del Estado de Michoacán, añadió que a este gasto para cubrir padecimientos infecciosos respiratorios y gastrointestinales, se debe sumar los costos que genera la inactividad en todos los sentidos, con lo cual la cifra se eleva a siete millones de pesos.
El biólogo y consultor Arturo Chacón Torres, quien además preside la Academia Mexicana de Impacto Ambiental AC, durante su intervención hizo un diagnostico situacional del Lago de Cuitzeo -el cuatro más antiguo del mundo-. Tras precisar que este afluente ha sido muy golpeado y registra un déficit de 308 millones de metros cúbicos, aseguró que “la región se está calentando y por consecuencia tendremos menos agua”.
“Tenemos un lago con mucha sed…”, añadió el especialista e investigador michoacano, quien dijo que la invasión y obras de ingeniería mal planeadas han propiciado la desecación de 120 kilómetros, lo que elevó el registro de tolvaneras y disparó los riesgos de salud entre la población.
Luego de hacer un recuento de las afectaciones que ha sufrido el Lago de Cuitzeo al paso de las décadas desde 1950 a la fecha y que llevaron a la extinción el más chiquito de los peces blancos y el más grande de los charales, Chacón Torres, refirió que será Guanajuato el primer estado del país que va a encarar una crisis severa de agua, seguido de Jalisco que se acabó su agua subterránea.
Subrayó que Michoacán, es un estado estratégico para el centro del país gracias a sus inventarios: “18 cuerpos de agua, 260 presas, 44 ríos, 600 manantiales con un aforo de 100 litros por segundo; y seis mil pozos agotados”.
El especialista, planteó en este contexto, impulsar obras, presupuestos y acciones que favorezcan la cosecha de agua que permita la recuperación el lago. Y fue más allá al señalar que: “Si tuviéramos un gobernador con visión”, podríamos decirle a la Federación o a la Conagua, aquí está el líquido adicional para abastecer zonas como Guanajuato o Querétaro, “paganos” con proyectos de inversión que impulsen el desarrollo, el cuidado ambiental, la educación y otros temas fundamentales para la entidad.
La conferencia magistral se desarrolló en el Museo de la Estampa de Cuitzeo con la presencia de estudiantes de los distintos niveles educativos, además de autoridades municipales de Cuitzeo, Charo, Indaparapeo y el presidente municipal de Santa Ana Maya, Juan Audiel Calderón Mendoza.
Ahí estuvo también el presidente del Consejo Estatal de Ecología, Gilberto López Guzmán, así como la regidora Grecia Conejo, y funcionarios de la Comisión Estatal del Agua y Gestión de Cuencas y la propia Secretaría de Salud en el Estado.
Asistieron también asesores de los diputados Humberto González Villagómez y del federal Esteban Barajas Barajas.