Doña Adela tendrá Festival del Chile en Queréndaro

Queréndaro, Michoacán — Con el corazón y las manos en la masa, Adela Hernández Sánchez, una de las cocineras más respetadas de Queréndaro, busca transformar la adversidad en oportunidad. Tras la suspención de la Feria del Chile 2025, esta incansable molera abrirá las puertas de su hogar para celebrar un festival gastronómico, un tributoal sabor que definen a esta tierra.

Desde este viernes y hasta el domingo 10 de agosto, su casa en la Avenida 18 de Marzo N°674, en el Centro de Queréndaro, se convertirá en un restaurante tradicional. Y es que, a sus casi 77 años de edad, Adela no se detiene; su energía es inagotable. Ella y su hijo, Daniel Manriquez, serán los anfitriones de un festín que promete deleitar a locales y visitantes por igual.

El menú, un verdadero viaje al paladar, incluye una variedad de platillos elaborados con los chiles emblemáticos de Queréndaro, todos provenientes de semilla criolla.

Los comensales podrán disfrutar de los tradicionales chiles capones y el exquisito mole de guajolote . Pero la estrella del menú son las corundas, servidas de tres maneras: en salsa roja con rajas y carne de puerco, rellenas de mole, o de rajas con queso. Para cerrar con broche de oro, el colofón dulce: gorditas de trigo con nata y un delicioso pastel de elote .

El legado culinario de Adela no es casualidad. Ella aprendió el arte de la cocina de su abuela, Paula Soto , considerada una de las mejores cocineras de Queréndaro.

A pesar de los tiempos difíciles—incluyendo la inseguridad y las lluvias que inundaron las parcelas y dañaron gran parte de la producción de chiles—la determinación de Doña Adela es inquebrantable. Con la misma fuerza que la llevó a promocionar la primera Feria del Chile en la capital, con el apoyo de figuras como Miguel Medina y Abdiel López Rivera, conocido cariñosamente como el “abuelito Tito”, ahora se dispone a revivir el sabor de su pueblo.

Su espíritu es tal que, si la gente lo demanda por la noche, estará lista para servir enchiladas y tacos dorados, demostrando que su pasión por la cocina es más fuerte que cualquier obstáculo.

El festival de Doña Adela es un recordatorio de que en Queréndaro, a pesar de todo, la tradición, el sabor y la calidez humana siempre encuentran un camino para brillar.