Su inicio, más de 450 años con el proceso de evangelización de nuestros antepasados, su fin, hasta que termine la existencia del hombre, es la historia que ha tenido un proceso evolutivo, del bailar de los Monumentales toritos de Petate, mundialmente reconocidos por el arte con que son elaborados, una altura cercana a los cinco metros y un peso aproximado a 120 kilos.
Los organizadores del torito representativo del Barrio de la Cruz, Jaime Silva Hernández y Javier Aburto Jiménez, refieren con orgullo el que cada año cambian la imagen de su monumento, en esta ocasión con un homenaje a actores y cantantes del cine mexicano, que hoy incluyen al recién fallecido Vicente Fernández, acompañado por Pedro Infante, Jorge Negrete, Javier Solís y a María Félix.
Jaime Silva y Javier Aburto, expusieron que la tradición es ancestral, en el municipio de Tarímbaro, para los tres barrios que son: La Cruz, San Marcos y la Doctrina: “Cada barrio trabaja de diferente manera para la elaboración de sus respectivos toritos, los cuales han ido evolucionado al paso del tiempo
Para su elaboración participan de 10 a 30 personas, el costo puede superar los cien mil pesos, dependiendo de los materiales como el papel talco, papel holograma, cartón, cera y madera, entre otros que son la base y el dinero que se reúne gracias a la cooperación de los vecinos y el apoyo de los migrantes que buscan el mejor atractivo para quienes gustan de éste tipo de festivales y hacer lucir a su barrio con tan espectacular monumento que cada año es diferente.
Lamentaron que este año, como el anterior, por cuestiones de la contingencia sanitaria por Covid-19 y sus variantes, la dinámica del Martes de Carnaval, con el que se anuncia la Cuaresma, haya sido diferente y no se hayan podido concentrar los tres toritos en el primer cuatro de Tarímbaro, para deleite de propios y visitantes de diferentes partes de Michoacán, México, incluso del vecino país del norte:
“Hoy debemos seguir las restricciones con las respectivas medidas sanitarias y evitar las aglomeraciones, pero como orgullosos trimbarenses que somos de nuestras tradiciones, decidimos acatar y procurar también una sana diversión como lo venimos haciendo cada año, el pasado fue suspendido, pero hoy podemos salir, sin bajar la guardia, acatando las indicaciones de las autoridades”.
El torito del Barrio de la Cruz, ha evolucionado con el paso de los años, del que su surgimiento viene de fechas inmemorables, al recordar que éstos llegaron con el proceso de evangelización, y hoy se trata de una herencia generacional, que quienes hoy participan en la organización de los Toritos de Petate, han visto en ello una herencia para las nuevas generaciones, con la esperanza de que la tradición pueda durar hasta la existencia del hombre.