La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), agricultores, científicos y académicos trabajan en la conformación de un consorcio de intercambio de experiencias y conocimientos, el cual avanzará en sistematizar, formalizar y expandir a lo largo del país una nueva revolución tecnológica, cuya base son los conocimientos y experiencia de los productores en conjunción con los desarrollos de especialistas comprometidos con una agricultura sana, sustentable y ecológica.
En el marco de una visita al Centro Nacional de Innovación y Transferencia Tecnológica Recuperación de Suelos de Hidalgo (CENITTH), de la Fundación Produce Hidalgo, el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Sader, Víctor Suárez Carrera, se reunió con agricultores de Tlaxcala, Hidalgo y Sinaloa, así como con académicos y científicos.
Allí, los productores detallaron cómo han experimentado el aumento de su productividad y la recuperación de la salud de sus suelos gracias al uso de fórmulas agroecológicas.
El productor del Valle de Culiacán, Francisco Román, comentó que sin usar agroquímicos logró, en un año, elevar sus rendimientos de diez a casi 16 toneladas por hectárea sin que ello le haya representado aumentos de costos y con el beneficio de tener cosechas de maíces saludables para el consumo humano.
Acompañado por el promotor del sistema agroecológico Manejo Integrado de Cultivos Inducidos (MICI), Juan José Valdespino; por el impulsor de la citricultura orgánica e integrante de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), Manuel Ángel Gómez Cruz; por el encargado del despacho de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (CIBIOGEM), Emmanuel González Ortega, y del especialista del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), Sergio Ramírez Rojas, el subsecretario Víctor Suárez afirmó que en la década reciente se ha venido conformando un modelo de agricultura alternativo, lo que es, apuntó, una auténtica revolución tecnológica que está avanzando en el país.
Este movimiento, dijo, “tiene como centro los conocimientos de los productores y de los científicos comprometidos y reconoce el papel protagónico de los campesinos, los indígenas y los agricultores, en la transformación agrícola”.
Precisó: “Esta revolución, vinculada a la soberanía nacional y alimentaria, tiene objetivos simultáneos de productividad, reducción de costos, rentabilidad, resiliencia climática y baja emisión de carbono, sin transgénicos y utilizando recursos propios, locales, nacionales. Va rompiendo las cadenas de la dependencia respecto de las grandes empresas de insumos; genera un sistema cuidadoso del suelo, del agua, de las plantas, los animales, el medio ambiente, y produce alimentos sanos para la población”.
Comentó que en el marco del Programa Producción para el Bienestar se busca ahora crear este consorcio, a fin de que el impulso en la producción de granos (en particular maíz, frijol, trigo harinero y arroz), de caña de azúcar y café ocurra en el marco de esquemas de sustentabilidad.
Víctor Suárez destacó que agrupaciones de agricultores han avanzado desde hace más de diez años en adoptar procesos agroecológicos, e incluso en Sinaloa –que es ejemplo de la agricultura industrial, de la agricultura con uso intensivo de agroquímicos— productores están apropiándose de este tipo de procesos en una búsqueda de una producción saludable y de una restauración de sus recursos naturales, en particular de su patrimonio suelo.
El responsable del CENITTH, Édgar Quero, condujo un recorrido por el Centro a su cargo, que fue creado en 2015 en Mineral de la Reforma, Hidalgo, y que cuenta con aparatos de diagnóstico con tecnología de última generación.
“Aquí hemos creado un laboratorio para analizar y diagnosticar el ecosistema (agua, suelo, planta); conocer qué tan productivo es. Hemos visto la importancia de la captura de energía solar por las plantas, tallos y hojas. Una mazorca es luz cosechada, y para cosechar esa luz necesitamos que se inviertan recursos de los nutrientes que están en el suelo”, refirió.
Agregó que “aquí vemos cómo hacer que esos nutrientes estén más disponibles, de forma expedita, para que la planta los pueda utilizar para esa captura de energía solar, energía que se va a convertir en aguacate, café, granos, etcétera. En el CENITTH tenemos equipo de vanguardia, la mayoría basado en uso de alta tecnología, como equipos de rayos equis para analizar y determinar cada uno de los elementos que componen el ecosistema”, sostuvo el científico.
En mejoramiento de suelos, los trabajos del CENITTH están relacionados con el aporte de materia orgánica a partir de esquilmos que permiten la restauración de las funciones del suelo y suplementos con minerales primarios.
Asimismo, por aplicación de consorcios microbianos que contribuyen a la recreación de los procesos biogeoquímicos y bioelectroquímicos de nutrientes como el nitrógeno, silicio, fósforo, calcio y magnesio, principalmente, por la degradación de la materia orgánica, lo que permite disolver, movilizar, transportar y fijar los nutrientes, además de controlar y suprimir agentes patógenos que dañan los cultivos, finalizó.