El diputado federal Jesús Guzmán Avilés presentó una iniciativa de reforma, con la finalidad de equiparar el delito de abigeato a quien robe, clone, expida, aretes de identificación de ganado, marque, contramarque o contraseñe animales, sin el legítimo derecho de propiedad, a quien expida guías falsas, certificados falsos, facturas falsas, o las haga válidas en acto de compra-venta.
En la propuesta para modificar el artículo 381 Ter del Código Penal Federal, el legislador refiere que, con la finalidad de proteger su patrimonio, los productores de ganado han desarrollado diversas formas para combatir el abigeato, como la construcción de zanjas o fosas, el patrullaje, inclusive el uso de alarmas para disuadir a quien comete el delito.
En nuestro país, el abigeato, es decir, la sustracción de vacas, ovejas, caballos u otros animales que son propiedad de una persona ya sea física o moral, está tipificado como delito en diversos códigos penales estatales.
Con el objetivo de proteger a los ganaderos, el Sistema Nacional de Identificación de Ganados es la unidad de la administración pública federal que se encarga de otorgar los aretes identificadores y con ello, disuadir el robo del ganado.
Robo de ganado, afectación a industria ganadera
Sin embargo, el abigeo (persona o personas que cometen abigeato), han desarrollado diversas formas de hacerse de ganado, por lo que cuentan con vehículos para transportar la carga y herramientas especializadas para llevar a cabo el escarneo o cuereo.
Asimismo, cuentan con otras técnicas para hacerse de “ganado legal” mediante el robo, compra, registro o adquisición de aretes de identificación de ganado, aretes que sirven para identificar a cada animal, darles seguimiento a sus movimientos.
El proponente explica, que también es cierto que los delincuentes introducen ganado de contrabando principalmente por la frontera sur de nuestro país, proveniente en gran parte de Guatemala, teniendo como paso principal los estados de Tabasco y Chiapas y una vez dentro del territorio nacional, hay quienes venden aretes, expiden guías de tránsito y les colocan los respectivos sellos oficiales que los identifican como si fueran ganado mexicano, cuando en realidad no lo son, “legalizando” así lo que entró ilegalmente al país.
Lo anterior afecta a la industria ganadera mexicana, pues se genera una competencia desleal.
Diversas uniones ganaderas han hecho visible el problema del abigeato, pues atenta contra las actividades productivas del sector y pone en riesgo la actividad agroalimentaria, además de poner en riesgo la salud de quienes consumen carne, pues al no saber qué tipo de enfermedades pueda traer consigo el ganado de contrabando, podría generarse una crisis sanitaria, ya que al romperse el cerco sanitario podría convertirse en un tema de seguridad nacional.
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