Zacapendo encierra un misticismo peculiar que hoy se acopla con los olores y sabores del mezcal; bebida, a la que civilizaciones precolombinas le atribuyeron una deidad y a la que artistas de la época moderna le consideran: fuente de inspiración.
Los pobladores hablan de sorprendentes vestigios que han sido encontrados en la zona, piezas de obsidiana y barro que dan cuenta de una raza superior.
De la ex hacienda solo quedan ruinas, pero, de una década a la fecha, el agave ha ido ganando terreno al maíz y otros cultivos, aunque, de a poco, el cultivo de fresa comienza a expandirse.
La desgracia y el terror que hace poco enlutó, a éste y otros pueblos vecinos, finalmente comienza a disiparse, y se retoman las actividades productivas en un ambiente de paz y tranquilidad.
La Procesadora de Mezcal Ex Hacienda Zacapendo, ubicada en la carretera Indaparapeo-Álvaro Obregón, donde se producen las marcas Fiesta Michoacana y Cuerazo, se ha convertido en un polo de atracción de inversiones para toda la cadena productiva del mezcal.
Al lugar ha llegado, también, la vinata de Mezcal La Luna, donde se producen tres variedades con calidad de exportación.
El Consejo Regulador del Mezcal certificó a la Procesadora de Mezcal Ex Hacienda Zacapendo en sus procesos de elaboración de mezcal artesanal, ancestral y en su proceso industrial, lo que hace a esta vinata única en Michoacán.
Desde la colina más alta de Zacapendo se observa el paso del tren y la torre de la emblemática Parroquia de Nuestra Señora de la Paz. Aquí, como parte de un proyecto alterno al desarrollo del mezcal, se construye una tirolesa para ampliar la experiencia de los visitantes.
También hay recorridos ecuestres por los plantíos de agave y un restaurante de cocina mexicana para recibir a quienes gustan de un ambiente campirano en familia.
Su propietario, Juan Luis López, nos comparte que en breve iniciarán la construcción de dos primeras cabañas para quienes quieran alagar su estadía y disfrutar de este lugar asentado en el valle Morelia-Queréndaro, donde las tierras son rociadas con las aguas que corren desde el Río Grande de Morelia hasta el lago de Cuitzeo.
Aquí, todos son bienvenidos y si corres con suerte podrás degustar de un mezcal con seis años de añejamiento, aunque también hay de menores graduaciones para quienes prueban por primera vez esta bebida.
Así, nuestro ENCUENTRO en la procesadora de Mezcal Ex Hacienda Zacapendo, en Indaparapeo.
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