En la 17ª edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), con el invaluable apoyo de Fundación Televisa, la Cineteca Nacional, la Filmoteca de la UNAM y The Film Foundation’s World Cinema Project de L’Immagine Ritrovata, se presentará un programa dedicado a los exiliados de España que llegaron a México huyendo de la Guerra Civil Española y de la dictadura franquista, y a Luis Buñuel, uno de los cineastas más destacados del exilio español en México, quien, tras ser acogido por la industria nacional cinematográfica en 1946, se naturalizó mexicano.
Este programa conmemora los 80 años de la llegada a Veracruz del buque Sinaia, que el 13 de junio de 1939 transportaba cerca de 1,600 personas españolas que buscaban refugio en México.
“A bordo de los barcos del exilio llegaron a México mujeres y hombres a los que se protegió para que pudieran seguir siendo libres, españoles y republicanos. Pero al llegar se les ofreció, además, una nueva patria, y el exilio republicano español respondió a ese gesto de la mejor manera, con amor y trabajando por ella”, escribe Cuauhtémoc Cárdenas Batel, vicepresidente del FICM.
Las películas que conforman el programa que revisará el exilio español son Un exilio: película familiar (2017), documental de Juan Francisco Urrusti, realizador mexicano cuya familia llegó al país huyendo de la guerra en España; y En el balcón vacío (1961), de Jomi García Ascot, hijo de un diplomático español republicano, que migró a México junto a su familia en 1939.
El programa incluye tres películas de Luis Buñuel, quien dejó España en 1936 y se estableció en México una década después tras vivir en París y Estados Unidos. Los filmes son Los olvidados (1950), Ensayo de un crimen (1955) y Nazarín (1958).
“Tal vez con solo mencionar a Luis Buñuel (quien por cierto escribió buena parte de su obra en Michoacán) estaríamos cumpliendo con sumarnos a esta conmemoración y sobraría cualquier explicación, pero sería injusto con muchos más; estaríamos dejando de lado el resultado de esa historia que empezó como tragedia y terminó siendo un enorme caudal de conocimiento que aún crece”, agrega Cuauhtémoc Cárdenas Batel.