Con las reliquias del primer santo michoacano, nacido en el municipio de Tarímbaro, San Bernabé de Jesús Méndez Montoya, en el Nuevo Santuario Diocesano, sus fervientes seguidores podrán incrementar su fe para la petición de los respectivos milagros.
Fue el arzobispo Carlos Garfias Merlos el encargado de colocar las reliquias, en primer plano de parte de la columna vertebral, y en segundo un trozo de la cobija en la que fue envuelto el cuerpo de Bernabé de Jesús.
El santo en referencia fue asesinado en la época cristera el cinco de febrero de 1928, en la comunidad de Valtierrilla, Guanajuato, luego de ser descubierto oficiando misa, durante su resistencia a abandonar su fe en el catolicismo.
Fue en el año de 1894 que ingresó al Seminario Tridentino de Morelia, para ordenarse sacerdote el tres de junio de 1906, pero fue en vida y posterior a su muerte que creyentes le adjudicaban milagros que, a la fecha hay quienes la agradecen favores recibidos en sus familiares enfermos, entre algunas otras peticiones.