Indignación y coraje en Michoacán. Asesinato del alcalde Carlos Manzo desata clamor de justicia y paz

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Uruapan, Michoacán — La mañana de este domingo, Michoacán despertó sumido en la indignación y el coraje tras confirmarse la noche anterior el asesinato de Carlos Alberto Manzo Rodríguez, presidente municipal de Uruapan. El crimen, calificado por el Ayuntamiento como un “acto cobarde, cruel y severamente reprobable”, ha encendido las alarmas sobre la violencia en el estado y ha provocado una oleada de exigencias de seguridad y justicia a todos los niveles de gobierno.

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Manzo Rodríguez, líder del conocido “movimiento del sombrero” y alcalde independiente que se caracterizó por alzar la voz para demandar seguridad a la Presidencia de la República, fue despedido con un homenaje póstumo en la Pérgola Municipal, donde ciudadanos y colaboradores honraron la memoria de quien, afirman, “entregó su vida por el pueblo”.

El dolor por la pérdida de Carlos Manzo resonó de inmediato entre sus colegas. Una de las primeras en reaccionar fue la Presidenta Municipal de Cuitzeo, quien ha sobrevivido a dos atentados previos, manifestando una profunda frustración ante la incesante violencia:

“Hoy no nada más lamento la pérdida de un compañero colega, lamento la violencia en la que vive Michoacán y lamento aún más que ese grito de auxilio que pedimos solamente cuente cuando arrebatan la vida a alguien. Me uno a la pena que embarga a la familia… Seguridad y justicia para Michoacán.”

El sentir de abandono fue articulado con una dureza aún mayor por el diputado local y amigo del edil, Carlos Bautista Tafolla, quien en una emotiva despedida no dudó en señalar la falta de respuesta federal a las peticiones de seguridad para Uruapan:

“Por más que pedimos ayuda a la presidenta de México, por más que le pedí directamente a Omar Harfuch que atendiera la crisis de inseguridad que vivimos en Uruapan y en todo Michoacán, nunca hubo respuesta. Su estrategia no funcionó. Y su gobierno dejó solo a nuestro municipio… Ese silencio cobarde hoy tiene un precio muy alto… un precio que todos estamos pagando.”

Bautista Tafolla calificó a Manzo como el “mejor presidente que ha tenido Uruapan” y prometió honrar su memoria con valor, asegurando que “Uruapan no volverá a ser igual”.

La indignación ciudadana se hizo visible en la capital del estado, Morelia, donde se registró una marcha para exigir justicia. Aunque el clamor por la consigna “¡La voluntad del sombrero no muere, sigue más viva que nunca!” fue masivo, la protesta culminó con actos de vandalismo en el Palacio de Gobierno.

El Gobierno Municipal de Uruapan, por su parte, emitió un comunicado destacando la figura de Manzo como un hombre “valiente, incorruptible y profundamente comprometido con su tierra”, cuya lucha fue por un “Uruapan libre, justo y digno”. El comunicado finaliza con una enérgica exigencia: “Hoy, desde este Ayuntamiento que él encabezó con honor y determinación, exigimos justicia.”

El gobernador del estado, Alfredo Ramírez Bedolla, asistió al sepelio para extender el pésame a la familia del edil, incluyendo a su mamá, esposa Grecia y a su hermano Juan Manzo, subsecretario de Gobierno. Sin embargo, su presencia se encontró con la palpable indignación de la gente. El mandatario prometió una respuesta contundente ante el crimen:

“Sé que su asesinato genera muchísima rabia e indignación, todos estamos consternados e indignados pero vamos a dar la cara y vamos a actuar de inmediato para garantizar que haya justicia y paz para el pueblo de Uruapan.”

Carlos Manzo, quien se definió por su liderazgo independiente y su talante “temerario” al confrontar al crimen organizado y al poder para defender a su municipio, es recordado como “nuestro líder, el sombrerudo”. Su muerte deja un profundo vacío y la exigencia unánime de que su sacrificio no sea en vano.