La visible campaña que se ha orquestado para difamar el proyecto de restauración, mantenimiento y conservación del Parque Nacional Lago de Camécuaro, en el municipio de Tangancícuaro, Michoacán, no puede ser casualidad y la pregunta es obligada: ¿Quién y qué intereses hay detrás?
La actual administración morenista, que encabeza el médico militar David Melgoza Montañez, ha documentado el riesgo que representan las especies invasoras que se encuentran dentro del parque limitando el desarrollo del endémico ciprés mexicano, mejor conocido como ahuehuete.
La tala de centenar y medio de eucaliptos y casuarinas es un mal necesario para lograr el equilibrio ecológico, pues basta visitar el lugar para dar cuenta del deterioro físico y de salud de los árboles.
La sustitución de estos árboles se dictaminó desde hace tres décadas, si las administraciones anteriores hubieran sido responsables la sustitución de hubiera podido hacer a razón de un árbol por mes y en 15 años se habría dado cumplimiento al mandato, pero es claro que ninguna autoridad quiso cargar con el costo político.
Llama la atención cómo organismos, ambientalistas y periodistas hablan de un supuesto ecocidio, cuando se trata de la sustitución de árboles y la eliminación de muérdago, que seca los árboles, y está afectando de manera directa a los ahuehuetes y fresnos.
¿Será amarillismo, ignorancia sobre el tema, falta de información? El asunto, incluso, fue abordado por el Gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, en el encuentro con los medios de comunicación del pasado 12 de septiembre, donde dejó claro que se trata de “falsa información”. Y dio cuenta del proyecto para mejorar la infraestructura del lugar, proyecto que se sabe tendrá una inversión superior a los 20 millones de pesos.
Para ser claros, no hay argumentos científicos, ni jurídicos que pongan en riesgo el proyecto que ya se ejecuta para bien del Parque Nacional del Lago de Camécuaro, y que estará listo este mismo año, con miras a ser el primero y el mejor centro ecológico ambiental del país. Entonces ¿por qué el ataque?
Por años los gobiernos locales justificaron que los ingresos al Parque solo alcanzaban para el mantenimiento del lugar, pero basta darse una vuelta para observar el muladar en las áreas de comida y los sanitarios. Un baño de gasolinera sería más presentable que los aún existentes.
Los nuevos baños, tienen un diseño moderno y están adaptados a las necesidades actuales, además de amplios, iluminados y bien ventilados.
Los caminos de piedra ahogada en cemento, fuera de toda norma y que dificultan el paso peatonal de adultos mayores y personas con discapacidad, están siendo retirados y sustituidos por adoquines para permitir la filtración del agua y la recarga del lago.
El proyecto contempla nuevas áreas como el museo del agua, un teatro al aire libre, una sala audiovisual, área gastronómica y nuevas áreas lúdicas y de educación ambiental para las familias.
En este año la administración actual ha invertido 3.5 millones de pesos en mejoras a la infraestructura existente con los recursos del ingreso al Parque.
El grupo disidente que hoy se manifiesta es porqué ve afectado sus intereses; se trata de dos familias, que desde siempre, han tenido el control de la venta de alimentos y bebidas, y se resisten a cumplir con el reglamento, que está administración sí está decidida a aplicar. Ceder al chantaje y la presión social no debe ser el camino.
Pero ¿sólo son ellos?
No es casualidad esta campaña, políticos de la zona se han encargado de desinformar e incitar a propios y extraños, de eso no hay duda.
Y es que en el fondo el asunto es el dinero que genera el parque, dinero que nunca se transparentó y que hoy el alcalde y el director del Parque Nacional, Leonardo Bautista, hacen públicos, por primera vez, son: 15 millones de pesos recaudados en un año por las entradas y los servicios que ofrece el parque a miles de visitantes.
El recurso ha sido empleado en programas sociales y campañas de salud, que han beneficiado no solo a la gente del pueblo, sino de toda la región. Estudiantes que son apoyados con becas de transporte para seguir su formación académica en las universidades de Morelia y el vecino estado de Jalisco.
Estar en contra del proyecto para mejorar la imagen, servicios e infraestructura del Lago de Camécuaro, declarado como parque nacional en 1940 por el entonces presidente Lázaro Cárdenas, es en sí un contrasentido y significa estar en contra de la conservación de este patrimonio natural y su gente.
RENDERS DE LA NUEVA PROYECCIÓN DEL LAGO DE CAMÉCUARO