Arrancó la fiesta de Michoacán mejor conocida como K’uínchekua. Esta celebración que fusiona historia, danza y tradición en el escenario de las Yácatas de Tzintzuntzan, atrayendo a más de 3 mil espectadores.
El espectáculo dio comienzo pasadas las 20:00 horas de ayer jueves 14 de marzo, con una fascinante narración visual de la historia del antiguo imperio purépecha, seguida de un ritual prehispánico que abrió las puertas del cosmos con incensarios encendidos y sonidos de caracoles, llenando la noche de misticismo.
En esta muestra cultural, 380 artistas provenientes de 28 municipios de Michoacán deslumbraron con danzas emblemáticas como la de los viejitos, kúrpites, Tsapichus, de los moros y del torito del carnaval, destacando la riqueza del sincretismo religioso de los pueblos originarios de la región.
Luego vino la Uárhukua, donde participan hombres vestidos con traje típico, quienes hicieron rodar una bola de fuego en el escenario. Se entonaron pirekuas, la música tradicional de Michoacán. Y se escuchó el tamboreo del arpa, zapateado y caballos bailadores al ritmo de notas del valle de Apatzingán.
Además, el cielo se iluminó con proyecciones de palabras como Michoacán, el Alma de México, junto a imágenes de Mariposas Monarca y el volcán Paricutín, mientras los juegos pirotécnicos añadían un toque de espectacularidad a la velada. En esta edición se hizo la apertura con un colorido convite, un desfile de grupos de danzantes que recorrieron las calles principales de Tzintzuntzan.
Autoridades estatales destacaron la importancia de este espacio como custodio de tradiciones ancestrales, reflejando la riqueza cultural y las raíces profundas de Michoacán. Por tercer año consecutivo, la K’uínchekua se consolida como un punto de encuentro donde convergen las historias de cada rincón del estado.
Desde ayer jueves y hasta el próximo domingo 17 de marzo, continuarán estas muestras culturales que tienen como sede al Pueblo Mágico de Tzintzuntzan.