En una platica como muchas de café, se comentaba el tema de la problemática del agua a nivel mundial. Las películas futuristas, exponiendo la guerra de la humanidad por el vital liquido empiezan a quedarse cortas, por lo menos en el abastecimiento. Para muestra un botón, lo que sucedió en Nuevo León y para aquellos que lo vivimos de lejos, solo fuimos espectadores de estas películas que mencionamos.
Ahora, al parecer, a San Luis Potosí lo alcanza este destino de falta de agua y, deja de ser película y se convierte en serie, como muchas de moda en las plataformas de video ondemand.
La presa como El Realito, han dejado de bombear, poniendo a la capital contra la pared. Esta presa, por lo menos es la encargada de bombear el treinta porciento del agua a la ciudad de San Luis Potosí. Ahora, hablar de las razones de por que se llegó a esto pueden ser muchas, pero la salida más fácil para los gobiernos actuales, es responsabilizar a las anteriores administraciones y se “lavan las manos”, sin agua obviamente.
Sin embargo, el daño está hecho y tanto el gobierno de la capital, a cargo de Enrique Galindo Ceballos, como el gobernador Ricardo Gallardo, así como el gobierno federal, tendrán que poner “el pecho a las balas” y, contener este problema de escasez del vital líquido.
Es claro, que la sobre explotación es parte del problema, San Luis Potosí, conocido por su diversidad geográfica, desde desiertos hasta bosques y montañas, ha estado experimentando una disminución en sus fuentes de agua. La sobreexplotación de acuíferos, la deforestación y el cambio climático han contribuido a esta crisis, haciendo que los ciclos de sequía sean más prolongados y frecuentes.
En el caso de San Luis Potosí capital, es conocido su desarrollo en cuanto instalación de empresas, muy presumido por sus habitantes y orgullosos de su llamada “zona industrial”, fuente de trabajo para muchos potosinos. El desafío de mantener la industria, es imposible sin el vital líquido. Muchas empresas dependen del agua para sus procesos productivos y la escasez ha llevado a la reducción de la producción y la pérdida de empleos. Además, se debe considerar que la falta de agua adecuada también afecta la calidad y el cumplimiento de los estándares ambientales. Aquí sin lugar a duda, entramos en el dilema del abastecimiento, tanto la población en general, requiere el suministro como la industria para mantener empleos y economía.
Habrá que entender, que para la solución del problema no es tan solo conseguir más agua. Las acciones de la administración de la capital de San Luis Potosí, parecen menores frente al problema. Tendrán que aplicarse políticas públicas más estrictas con respecto a programas de concientización, infraestructura sostenible, promoción y reutilización, pero sobre todo alianzas estratégicas para traer agua de otros estados, por que la lluvia por el momento parece no ser suficiente.
Esta crisis del agua en San Luis Potosí es un llamado urgente a la acción. Requiere la colaboración de todos los sectores de la sociedad, desde el gobierno hasta las comunidades locales, para encontrar soluciones efectivas y sostenibles. El futuro de esta hermosa región depende de la capacidad de sus gobernantes, en combinación de sus habitantes para enfrentar este desafío con determinación y cooperación.
Hoy poco se habla de esta situación en este bello estado, pero esperemos que más adelante no se convierta en noticia a nivel nacional.
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