La herencia de AMLO en la Salud Mental

Cuauhtémoc, Ciudad de México, México, 1 de septiembre de 2024. El presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, presenta 6° Informe de Gobierno en el Zócalo de la Ciudad de México, Plaza de la Constitución. Foto: /Presidencia

Casi desde su llegada a la presidencia, hace 6 años, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) prometió basificar a los trabajadores eventuales de la Secretaría de Salud, secundado por servidores públicos que entonces eran diputados; pero hasta la fecha no se ha concretado, y AMLO ya se va en menos de un mes, dejando una herencia de olvido para los trabajadores de la salud.

Las y los empleados eventuales de la Secretaría de Salud representan una fuerza laboral de más de 80 mil trabajadores en todo el país, según datos del mismo presidente.

El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) estimaba que para cumplir la basificación del personal de salud que prometió AMLO, se requerían casi 18 mil millones de pesos por año para alcanzar el objetivo; sin embargo, fue en el PPEF 2021 que se contempló un presupuesto de 5 mil millones de pesos para la creación de nuevas plazas: recurso insuficiente. En dicho documento se contemplaba la basificación de solo 4 mil trabajadores, quedando fuera nuevamente más de 76 mil trabajadores con hasta 20 años de antigüedad en la precarización.  

Lo que sí ha pasado es que las plazas de nueva creación se han otorgado a los leales de los nuevos secretarios o altos mandos de las dependencias estatales (que son los mismos de antes) con prácticas aberrantes, tales como la justificación de transparencia, ocultando la información pública como nunca. 

Lo más preocupante es que se despedirá a todos los eventuales para que las nuevas autoridades coloquen a sus amigos, lo que afecta los servicios de atención médica por tener personas improvisadas, acomodaticias y que no tienen experiencia ni formación para la gestión pública de la salud. El resultado son servicios de salud mental sin calidad ni calidez, improvisados y con números rojos en temas de suicidio y adicciones, por mencionar dos indicadores.

Otra de las alarmas que se observan es el debilitamiento de los sindicatos cuya misión es defender los derechos de los trabajadores; muchas de estas organizaciones operan de manera habitual con la corrupción y, por lo tanto, permanecen en silencio; otros, permanecen estoicos ante los embates de la autoridad, haciendo esfuerzos por la base trabajadora.  

En la organización del IMSS Bienestar y de manera irónica, se comenzó basificando a los empleados federales que ya tenían base, lo que habla de los enjuagues en lo obscurito que se dan entre la cúpula de Salud, que no son más que 3 traficantes de influencias y que deciden el destino de millones de personas.

Los criterios para la asignación de plazas han quedado en la basura, no se reconoce la antigüedad, ni las capacidades, menos los resultados en las metas que se tienen para operar los programas de salud: queda todo a discreción de los improvisados de la salud.

En realidad, se ha desatendido a los Héroes de la Pandemia, tal como puede observarse en un análisis del PPEF 2022, donde se concretó un incremento en el número de puestos de trabajo del sector salud del 7 por ciento, respecto del año en curso: van metiendo como hormigas a sus familiares y los trabajadores eventuales siguen en la informalidad.

En el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2024 (CONEVAL) las carencias por acceso a la seguridad social y a la salud son las de mayor incidencia a nivel nacional, especialmente en los grupos históricamente discriminados.

Mis recomendaciones para la próxima administración es contar con un plan que incorpore el enfoque de curso de vida como una visión transversal, que basifique de inmediato, como un acto de justicia social, a los eventuales de la Secretaría de Salud.

Es indispensable y urgente fortalecer los servicios de salud y resolver los problemas de fragmentación del sistema, para garantizar el ejercicio del derecho a la salud en México, la carencia que más aumentó en el periodo. Así como propone CONEVAL, también se requiere incrementar el presupuesto destinado al sector salud. Se debe priorizar la inversión en equipamiento, personal de salud e insumos y poner énfasis en el sector de la población que no cuenta con seguridad social. Sin salud mental no habrá salud social, ya lo he repetido.

Causas y azares…

  • Es urgente que los nuevos presidentes municipales cuenten con un programa especial de salud mental, sino vamos a seguir dependiendo de la buena voluntad y la improvisación.
  • El cierre del hospital psiquiátrico sigue siendo una tarea pendiente, a pesar de la ley que obliga a las autoridades a modificar la atención por un modelo centrado en la comunidad: los vicios siguen reinando en salud.
  • Chiapas, Guerrero y Oaxaca siguen liderando el Índice de Rezago Social en el país, a pesar de las inversiones millonarias del gobierno federal en diversas comunidades: nos falta algo más.

Hasta la próxima, que un sistema no es más que la subordinación de todos los aspectos del universo a cualquiera de estos aspectos.

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