México requiere modelo rural incluyente y democrático: Movimiento Campesino

El Movimiento Campesino, Indígena, Afromexicano Plan de Ayala Siglo XXI, refrendo su disposición para construir con el gobierno federal un nuevo modelo de desarrollo rural incluyente y democrático, bajo políticas públicas de economía social de Estado.

A través de un pronunciamiento, la organización reiteró la urgencia de emprender el diálogo y críticas constructivas hacia un nuevo rumbo para el campo mexicano.

La agrupación que abiertamente apoyo desde su campaña al actual presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, refiere que “a un año de distancia, la 4T muestra signos de cambios profundos y radicales a las políticas neoliberales”, pero reconoce que no se puede cerrar los ojos y ser ingenuos, “los cambios transformadores llevarán tiempo”.

El documento, señala que la política implementada para el campo ha provocado movilizaciones campesinas, críticas de sectores privados (privilegiados neoliberales), de ciertos diputados y senadores de todos los partidos políticos, principalmente por los cambios programáticos y por la disminución del presupuesto para el campo.

Además, consideran que las acciones implementadas por el gobierno de López Obrador, como el combate frontal a la corrupción, los programas prioritarios como Jóvenes Construyendo el Futuro, Sembrando Vida, Producción para el Bienestar, Precios de Garantía (canasta básica), Crédito Ganadero a la Palabra y Programa de FertilizantesBiofertilizantes, “están cimbrado a México”.

Tras precisar que solo bajo una agenda campesina de largo alcance, se podrá rescatar al campo y la soberanía alimentaria, la organización sostiene que el modelo neoliberal colapso al campo y arruinó a los campesinos en beneficio de las grandes corporaciones agroalimentarias, lo que hoy tiene como consecuencia que importemos la mitad de lo que comemos y en el sector haya pobreza, malnutrición, deterioro ambiental, migración, inseguridad y violencia.

En ese sentido, refiere el desplegado que “sin regateo alguno, decimos y coincidimos que por el bien de todos, primero los pobres”. El apoyo decidido a millones de pequeños productores de menos de cinco hectáreas ubicados en zonas deficitarias y marginadas, así como la incorporación de 250 mil productores indígenas “es un reconocimiento a los pequeños y medianos productores como sujetos de derechos, económicos, productivos y sociales”, añade.

Asimismo, sostiene que las acciones de la 4T no solo van encaminadas a erradicar la corrupción, sino el clientelismo y el corporativismo en el campo.

Queremos un campo mexicano vivo, verde, integro en sus recursos naturales, en su biodiversidad, con una población sana, culta, organizada, constructiva, solidaria, propositiva, con bienestar, en crecimiento constante, con desarrollo en todas sus capacidades productivas que contribuyan para lograr la autosuficiencia alimentaria del pueblo y la generación de materias primas que demanda la industria nacional.

De igual forma, explican para resolver la miseria se requiere generar oportunidades de empleo, ingreso económico y bienestar para millones de familias rurales.

Los cambios en la orientación de la política pública en los programas que el actual gobierno impulsa para atender a la sociedad rural deben sustentarse en lo mejor de la cosmovisión social comunitaria, en los valores propios de solidaridad, justicia e igualdad y en la democracia participativa.

Afirma el Movimiento Campesino, Indígena, Afromexicano Plan de Ayala Siglo XXI que los criterios comunitarios, sociales, económicos y políticos en torno a la cuestión agraria, son fundamento de una cultura comunitaria milenaria en México, que trascendió al conjunto de la nación, que justificaron la participación indígena y campesina en la lucha contra el régimen porfirista, por la libertad de los individuos, por la recuperación de la tierra arrebatada a las comunidades indígenas, por el reparto de las grandes latifundios entre las masas de peones que las cultivaban y por la democracia en el país, demandas que siguen siendo elementos sustantivos de identidad y unidad nacional, por ello insistimos en las siguientes propuestas:

1. Rechazamos cualquier intento de desestabilización al gobierno de México. 2. Rechazamos el intento de reducción de presupuesto de Sembrando Vida, Producción para el Bienestar y Precios de Garantía.

3. Revisión, ampliación y transparencia de todos los padrones del bienestar. 4. Urge instrumentar una política pública de transición agroecológica

5. Urge que se profundice el trabajo intersecretarial con participación de las organizaciones campesinas, indígenas y afromexicanas, para la definición de las políticas públicas.

6. Urge que el ejido y la comunidad estén en el centro de las políticas públicas para el campo.

7. Urge establecer una política de financiamiento público para favorecer el desarrollo productivo de los pequeños y medianos productores.

8. Urge avanzar en la solución de la problemática agraria del país.

Es indispensable que el presidente, ponga a disposición de la SEDATU los predios incautados al narcotráfico y la delincuencia organizada e instruya a la SEDATU a que resuelva de forma inmediata los asuntos de terrenos nacionales y colonias agrícolas y ganaderas, toda vez que son asuntos que no requieren recursos para su solución y, por ende, se mantenga el programa de conflictos sociales en el medio rural para resolver la problemática que no encuentra solución por las vías jurisdiccionales.

9. Reconocer la importancia de la agricultura en todas sus dimensiones.

10. Reconocimiento y apoyo a la organización campesina y a las formas asociativas de producción y mercadeo.

11. Urge una política clara de Precios remunerativos y certidumbre en la comercialización de las cosechas.

12. Urge una política de administración de importaciones de alimentos. Control fitosanitario. Control de transgénicos.

13. Urge que haya congruencia y articulación de leyes que impulsen la producción de maíces nativos, producción de bioinsumos campesinos, intercambio libre de semillas campesinas y contra los monopolios que atentan contra los intereses campesinos e indígenas y la Nación.

En ese sentido, exigimos a las y los diputados a aprobar en sus términos la Ley Federal de Fomento y Protección al maíz nativo.

14. Rechazamos cualquier intento de imponer la Ley Federal de Variedades Vegetales, UPOV 91. Privatización de nuestras semillas.

15. Rechazamos el Golpe de Estado efectuado en Bolivia.

Las y los campesinos, indígenas y afromexicanos, sostienen “queremos rescatar al campo y con ello salvar a México pues del agro dependen la alimentación, el empleo, el ingreso, la seguridad interna y la gobernabilidad”.