En el corazón de la plaza principal, entre aromas a pan recién horneado, enchiladas, corundas y mezcal, se entrelazan las historias de tres mujeres cuyas manos y pasión dan vida a la iniciativa municipal “Raíces y Sabores”. Gabriela, Juana y Maritza, cada una con un camino único, comparten una visión: mostrar el alma de su pueblo: Indaparapeo, a través de sus creaciones.
Este evento “Raíces y Sabores”, impulsado por el Gobierno de Janitzio Zavala Vega, se ha convertido en una plataforma para que el talento local prospere.
Gabriela, el Sabor de la Herencia Familiar

Con sus hijas a un lado y una mesa llena de delicias caseras, Gabriela representa el espíritu de la tradición. Sus panqués de nuez, pudines de naranja y cheesecakes son un testimonio del amor que le pone a la cocina. “Es una oportunidad muy buena y una experiencia maravillosa,” comenta con una sonrisa, “jamás en mi vida había participado en esto y es algo que nos permite dar a conocer lo que hacemos.”
Más allá de sus postres, Gabriela presenta licores de jamaica, café y coco, creaciones que encapsulan la esencia de su hogar. Para ella, el evento no es solo un escaparate, sino un espacio para compartir las tradiciones de un pueblo que se enorgullece de ser “muy fiestero.”
Juana Manzanas, la Audacia de la Juventud

A sus 27 años, Juana Manzanas no solo vende productos, sino que cuenta una historia de resiliencia. El nombre de su negocio, una divertida fusión de su nombre y el producto que la vio nacer como emprendedora, nació cuando tenía 16 años para costearse un curso de superación personal. “Juana Manzana” se convirtió en su identidad, y a lo largo de 12 años, ha perfeccionado su oficio.
Hoy, en su local de la calle Galeana, ofrece una variedad de manzanas preparadas con gomitas o chamoy, fresas con crema, waffles y más. Sobre “Raíces y Sabores,” Juana destaca la importancia de un espacio físico en la plaza para llegar a quienes no están en las redes sociales. “Es algo muy padre que nos den esta oportunidad,” asegura, subrayando que el crecimiento se queda en el pueblo al priorizar a los productores locales sobre los foráneos.

Maritza, la Dedicación Detrás de “Tapioca”
Maritza Celina, una joven psicóloga, ha sabido llevar de la mano su carrera con su negocio de postres, “Celis Tapioca.” Con siete años de experiencia, su negocio surgió de la necesidad de apoyar a su madre y de la pasión por lo dulce. El nombre es un emotivo homenaje a un amigo que la apodó “Tapioca.”


“He podido llevar de la mano mi carrera con mi negocio,” explica. Maritza ve el evento como una oportunidad para que los jóvenes se atrevan a emprender. Para ella, el mayor orgullo es que Indaparapeo resalte y la economía se quede en casa, fomentando una comunidad donde sus habitantes no tengan que buscar oportunidades fuera.
“Me encantaría que mi pueblo resaltara,” dice, “que aquí encontráramos diferentes negocios y que, el hecho de que seamos jóvenes, nos estemos atreviendo a hacerlo, creo que es lo más importante.”
A través de sus postres, licores y dulces creaciones, estas mujeres no solo impulsan la economía local, sino que también fortalecen el tejido social, demostrando que en cada bocado de Indaparapeo hay una historia de tradición, audacia y superación.



















