El Paro Nacional Agropecuario, que mantuvo bloqueos carreteros intermitentes hasta hace unas horas, corre el riesgo de escalar a nuevas dimensiones ante la ausencia de una respuesta directa y contundente por parte del Gobierno Federal. La movilización de este 14 de octubre intensificó la presión de los campesinos, quienes exigen un precio justo para el maíz de al menos 7 mil 200 pesos por tonelada para todos los productores del país.
A pesar de que se han pactado mesas de trabajo en las entidades federativas, la movilización encendió los ánimos entre los labriegos. En Michoacán, la situación es particularmente tensa, pues existe el riesgo de que los líderes sean rebasados por sus bases.
Campesinos ya han comenzado a amenazar con tomar vías del tren y el aeropuerto como medida de presión, llevando el movimiento a un nivel de conflicto más alto. Más de alguno calificó de “tibia” la movilización en Morelia, pues el plantón solo duró poco más de seis horas a diferencia de otras entidades como Jalisco y Guanajuato.
La molestia generalizada se agudizó tras la expectativa de que la presidenta Claudia Sheinbaum se pronunciaría sobre el tema en la conferencia mañanera de hoy, lo cual no ocurrió.
Los productores de grano de Michoacán se mantienen en pie de lucha, con la premura de que la cosecha está por iniciar y aún no se garantiza un precio base que les sea rentable. Sus principales exigencias giran en torno a garantizar un precio base de $7,200 por tonelada de maíz y sacar los granos del Tratado Comercial de México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Adicionalmente, los campesinos michoacanos han señalado como poco operativa a María del Carmen Rodríguez, titular de la Representación de la Secretaría de Agricultura del Gobierno de México en Michoacán, lo que suma frustración a la falta de avances.


Los agricultores han advertido que no bajarán la guardia y están dispuestos a mantener la presión hasta que sus demandas sean atendidas de manera satisfactoria.











