Grande es la dignidad de Santa Ana por ser la Madre de la Virgen María, predestinada desde toda la eternidad a ser la abuela de Jesucristo, el Hijo de Dios, a quien en Santa Ana Maya se le venera en la parroquia donde hace 77 años, cuando fue consagrado el templo y el altar.
Venerada por las doncellas, recibió esta semana en su altar cientos de flores por parte de niñas y jovencitas del municipio de Santa Ana Maya, además de algunas procedentes de comunidades vecinas e incluso hijas de los migrantes que cada año vienen a agradecer sus favores a la Madre de la Virgen María.
Este miércoles 26 de julio se cumplieron 77 años de la consagración del templo, en la cabecera municipal de Santa Ana Maya, Michoacán, y luego de las tradicionales mañanitas a las 05:00 horas, a las 13:00 horas la misa en la ahora Parroquia de Nuestra Señora Santa Ana fue oficiada por Fray José Filemón Guzmán Tapia, Vicario Episcopal, quien realizó también la Celebración de Confirmaciones, en el marco de las Fiestas Patronales que se celebran desde el pasado 17 de julio y que finalizan este jueves 27 con una misa al mediodía para todas las mujeres migrantes y por la noche, a partir de las 20:00 horas, con una solemne procesión con la bendita imagen de Nuestra Señora Santa Ana.
De acuerdo con la iglesia católica, la santidad de Santa Ana es tan grande por las muchas gracias que Dios le concedió. Su nombre significa “gracia”. Dios la preparó con magníficos dones y gracias.
“Esta Santa privilegiada sobresale en mérito y gloria, cercana al Verbo encarnado y a sus Santísima Madre. Sin duda que Santa Ana tiene mucho poder ante Dios. La madre de la Reina del Cielo, que es poderosa por su intercesión y Madre de misericordia, es también llena de poder y de misericordia”.
“Tenemos muchos motivos para escoger a Santa Ana como nuestra intercesora ante Dios. Como abuela de Jesucristo, nuestro hermano según la carne, es también nuestra abuela y nos ama a nosotros sus nietos. Nos ama mucho porque su nieto Jesús murió por nuestra salvación y María, su hija, fue proclamada Madre nuestra bajo la Cruz”.