Cuando trabajé como investigador invitado durante 2008, con la comunidad homosexual de Buenos Aires, Argentina, bajo la dirección de la Dra. María Martina Casullo, indagamos sobre Valores en la pareja: celos, competencia intrasexual y capacidad de perdonar, en la Universidad de Palermo, financiados por la Universidad de Groningen, Holanda, con interesantes conclusiones sobre la infidelidad.
En esa investigación pude comprender la relevancia de los valores vinculantes, el perdón y las relaciones saludables entre las personas, incluso el aspecto más patológico de la infidelidad y sus consecuencias en la vida de las personas, sobre todo de la moderna infidelidad emocional.
La infidelidad es la ruptura de una promesa que se establece en una relación, ya sea en un matrimonio, noviazgo o unión libre. Se trata de un abuso de la confianza que se ha depositado en la otra persona, al tener relaciones afectivas o sexuales con alguien más, y que socialmente suele ser consignada como una afrenta.
Una de sus características es que la definición de infidelidad se define en cada pareja, lo que hace que sus normas y límites queden fijados por la calidad de sus acuerdos, es sostener criterios de convivencia que cuando se rompen, la infidelidad aparece. La mayoría de las personas tienen claridad sobre lo que constituye engañar en una relación, porque son adultos y no son tontos, al fin y al cabo, las reglas de la pareja se hacen entre dos, o no son reglas.
Las investigaciones científicas de psicología que realizamos nos dicen que el género, el tiempo de duración de la pareja, la asistencia a servicios de atención clínica psicológica de pareja o religiosos, y el nivel de búsqueda de sensaciones intensas tienen un impacto en la incidencia de la infidelidad.
En las estadísticas los hombres suelen ser más infieles en pareja que las mujeres, y eso tiene una explicación psicológica; habría que ver si también en la infidelidad laboral tiene más prevalencia un género, entendida ésta como el daño económico o material que un empleado causa a su empresa con el objetivo de beneficiarse o perjudicarla.
La infidelidad puede ser de distintos tipos, tanto sexual, que es la más común, como emocional y psicológica, que no se reconoce muy comúnmente, y tiene diversas causas, pero la principal es la falta de compromiso del infiel y no terminar sus compromisos en su anterior relación, aunque otros factores acontecen, tales como: problemas de comunicación sobre las necesidades emocionales y sobre los principios que hacen la relación afectiva; problemas de salud mental, como depresión o ansiedad de una de las partes; o problemas matrimoniales no resueltos, como el miedo a la intimidad, conflictos sexuales o evitar conflictos pasionales.
En un caso específico, acontece que la persona tiene cambios importantes de la vida, como tener un hijo o que éste se vaya del hogar, dejando la relación con la pareja en el limbo, sin consideraciones mayores en sus principios, o porque nunca se consideró que la pareja tiene sus etapas y así como vive, algún día tiene que morir.
Una de las expresiones más frecuentes socialmente es que un gran número de personas no saben que son infieles, sino que la gran mayoría de éstos o éstas mostraron actitudes positivas, o al menos neutrales, hacia la infidelidad, como puede verse en TikTok, donde a cambio de dinero se perdona todo…con gracia y sonrisas.
Para sanar la relación se pueden tomar algunas medidas, convenidas previamente y con conciencia de querer mejorar la situación, que debe incluir no tomar decisiones precipitadas, buscando comprender lo que se escondía detrás de la infidelidad, ya que resulta que muchas personas andan de pareja en pareja repitiendo los mismos vicios que acarrean de historias anteriores.
Responsabilizarse de sus acciones es fundamental, ya que los errores de una infidelidad muchas veces implican poner fin a la aventura y dejar de tener contacto con esa persona. En este momento si es urgente y necesario tomar decisiones drásticas, objetivas y puntuales.
Consulta a un psicólogo de pareja. La terapia matrimonial puede ayudar a poner la infidelidad en perspectiva, identificar los problemas que podrían haber contribuido a que sucediera, aprender a reconstruir y fortalecer la relación, y evitar el divorcio, si ese fuera el objetivo, o lograr una separación sin más afectaciones.
Recuperar la confianza es complicado, pero es posible con un plan realista, con la reparación del daño y el aprendizaje vital de contar con la otra persona. Tanto admitir la propia culpa como fomentar la capacidad de perdonar son dos grandes valores humanos.
Causas y azares…
- En lo que va de la presente administración van más de Mil homicidios: O la presidenta no lee esta columna o la están asesorando mal en temas de salud mental; y no habrá paz social.
Hasta la próxima, que el original es infiel a la traducción.
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