Con un sol abundante, comenzaba el viacrucis viviente de Tarímbaro; una puesta en escena con al menos 60 participantes. Tres escenarios describiero los pasajes bíblicos de la Pasión de Cristo, uno para Herodes “el Grande”, otro para Poncio Pilatos y un escenario más donde sería llevada a cabo la coronación de espinas y donde azotarían al principal protagonista, Jesús de Nazaret.
Los fieles, de Tarímbaro como pocos, se agolparon por miles para seguir este vía crucis viviente, y las tres caidas. La multitud no daba un paso atrás, buscando la sombra de los árboles, en la plaza principal, los fieles devotos se entristecían con los crueles castigos impuestos al hijo de Dios, quien como el cordero que va ser sacrificado y acepta su destino.
La representación fiel del calvario de Jesús, agobiado y lastimado es una de las actividades religiosas más concurridas que se viven cerca de la capital del estado y de las de mayor tradición en la zona.