Vivir más no significa vivir bien en México, ya que si bien la esperanza de vida ha aumentado, esto no va aparejado ni camina de manera uniforme con los niveles de calidad de vida, apuntó la diputada Lucila Martínez Manríquez, integrante de la LXXIV Legislatura del Congreso del Estado.
La legisladora recordó que el índice para una Vida Mejor realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) posiciona entre los países miembros, a México en el último lugar en calidad de vida.
“Es necesario caminar para que esperanza y nivel de vida se toquen en algún momento en México, pues es terrible observar que pese a vivir más años los mexicanos, su calidad de vida nunca es suficiente ya que ésta no depende sólo de su esfuerzo y tenacidad, sino de factores externos y políticas públicas que no son efectivas o que de plano ni siquiera existen, sostuvo”.
Lucila Martínez Manríquez recordó que mientras en 1960 la esperanza de vida de los mexicanos era de 57.08 años, para 1986 era de 68.8 años, y hoy día alcanza los 77.1 años.
En contraste la legisladora recordó que para medir el nivel de vida se toman en cuenta diferentes parámetros, uno de ellos el del empleo, en donde México se encuentra en los últimos del mundo debido a que cerca del 60 por ciento de las personas entre 15 y 64 años tienen un empleo remunerado, mientras que el promedio de la OCDE es de 66 por ciento.
Por lo que toca a la equidad de género, sólo el 44 por ciento de las mujeres en México cuentan con un empleo remunerado, frente al 78 por ciento de los hombres, refirió la legisladora quien preside en el Congreso la Comisión de Igualdad Sustantiva y de Género.
“Es lamentable que en los reportes de la OCDE, México aparezca reprobado en temas como seguridad, educación y comunidad, mientras que en áreas como salud y compromiso cívico apenas si logra pasar de panzazo, lo que evidentemente es un reflejo del nivel en la calidad de vida que se tiene”, subrayó.